Capitulo 11

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El profesor Lupin no estaba en el aula cuando Adhara llego a su primera clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. Todos se sentaron, sacaron los libros, las plumas y los pergaminos, y estaban hablando cuando por fin llegó el profesor.

Lupin sonrió vagamente y puso su desvencijado maletín en la mesa. Estaba tan desaliñado como siempre, pero parecía más sano que en el tren, como si hubiera tomado unas cuantas comidas abundantes.

Buenas tardes —dijo—. ¿Podrian, por favor; meter los libros en la mochila? La lección de hoy será práctica. Sólo necesitaran las varitas mágicas.

La clase cambió miradas de curiosidad mientras recogía los libros. Nunca
habían tenido una clase práctica de Defensa Contra las Artes Oscuras, a
menos que se contara la memorable clase del año anterior, en que el antiguo profesor había llevado una jaula con duendecillos y los había soltado en clase.

Bien —dijo el profesor Lupin cuando todo el mundo estuvo listo—. Si tienen la amabilidad de seguirme...

Desconcertados pero con interés, los alumnos se pusieron en pie y salieron del aula con el profesor Lupin. Este los condujo a lo largo del desierto corredor. Doblaron una esquina. —Entren, por favor —dijo el profesor Lupin abriendo la puerta y cediendo el paso.

En la sala de profesores, una estancia larga, con paneles de madera en las
paredes y llena de sillas viejas y dispares, no había nadie salvo un profesor.

Snape estaba sentado en un sillón bajo y observó a la clase mientras ésta
penetraba en la sala. Los ojos le brillaban y en la boca tenía una sonrisa desagradable. Cuando el profesor Lupin entró y cerró la puerta tras él, dijo Snape:

Déjela abierta, Lupin. Prefiero no ser testigo de esto. —Se puso de pie y
pasó entre los alumnos. Su toga negra ondeaba a su espalda. Ya en la puerta,
giró sobre sus talones y dijo—: Posiblemente no le haya avisado nadie, Lupin, pero Neville Longbottom está aquí. Yo le aconsejaría no confiarle nada difícil. A menos que la señorita Granger le esté susurrando las instrucciones al oído.

Neville se puso colorado.

El profesor Lupin había alzado las cejas.

Tenía la intención de que Neville me ayudara en la primera fase de la operación, y estoy seguro de que lo hará muy bien.

El rostro de Neville se puso aún más colorado. Snape torció el gesto, pero
salió de la sala dando un portazo.

Ahora —dijo el profesor Lupin llamando la atención del fondo de la clase, donde no había más que un viejo armario en el que los profesores guardaban las togas y túnicas de repuesto. Cuando el profesor Lupin se acercó, el armario tembló de repente, golpeando la pared.

- No hay por qué preocuparse —dijo con tranquilidad el profesor Lupin cuando algunos de los alumnos se echaron hacia atrás, alarmados—. Hay un boggart ahí dentro.

Casi todos pensaban que un boggart era algo preocupante. Neville dirigió al profesor Lupin una mirada de terror y Seamus Finnigan vio con aprensión
moverse el pomo de la puerta.

A los boggarts les gustan los lugares oscuros y cerrados —prosiguió el
profesor Lupin—: los roperos, los huecos debajo de las camas, el armario de debajo del fregadero... En una ocasión vi a uno que se había metido en un reloj de pared. Se vino aquí ayer por la tarde, y le pregunté al director si se le podía
dejar donde estaba, para utilizarlo hoy en una clase de prácticas. La primera
pregunta que debemos contestar es: ¿Qué es un boggart?

"Hay una estrella que nos une por encima de las almas comunes."|𝕯𝖗𝖆𝖈𝖔 𝕸.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora