-Linda Adhara..-siseo el hombre de ojos verdes.-Posees la gran belleza de tu madre.
Adhara oyó un ruido a sus pies. Bajó la mirada, y vio una serpiente gigante que se deslizaba por la hierba, rodeando su delgado cuerpo dejando a un lado el de Cedric.
Voldemort pudo percatarse del delgado rostro de Adhara, pálido, somnoliento y con lagrimas desbordando hasta regarse por su cuello.
-El amor juvenil..-dijo burlesco.-De haber sabido que eras cercana al muchacho no le habría dicho a Colagusano que lo matase.-fingió un puchero.
-No éramos pareja.-Adhara trago saliva.-señor.
Voldemort arqueo una ceja, levantó las manos y flexionó los dedos con expresión embelesada y exultante. No hizo el menor caso a Colagusano, que se retorcía sangrando por el suelo, ni de la enorme serpiente, que otra vez había aparecido y daba vueltas alrededor de Harry, emitiendo
sutiles silbidos; Adhara había estado demasiado tiempo llorando frente al cuerpo de Cedric que ni siquiera se había percatado de la presencia de Harry y de como lo habían atado a una lápida.Cuando Voldemort extendió sus brazos frente Adhara, esta con cierto temor lo entendió y acepto, no fue un abrazo cálido, ni mucho menos cómodo, pero si seguro; brindaba seguridad, el era el señor oscuro ¿Quién no podría temerle? Pero era su padre, podía confiar en el y podía tener la certeza de que el la protegería como si fuese su mundo, porque en algún momento de su miserable existencia, había hecho lo mismo con Isadora, su madre. Adhara no espero a que su padre expresara el haberla extrañado, era una bebé cuando Harry lo venció y finalmente desapareció, sim embargo no es que como si realmente hubiera querido hacerlo, y no mentiría al pensar que su mismo padre había apretado su cuerpo contra el suyo más de lo debido, quizá para demostrar que después de 13 años, aun se mantenía un poco de afecto, tal y como su madre se lo había comentado.
El pequeño momento de "calidez" entre padre e hija, termino, y Voldemort deslizó una de aquellas manos de dedos anormalmente largos en un bolsillo de la túnica, y sacó una varita mágica.
También la acarició suavemente, y luego la levantó y apuntó con ella a Colagusano, que se elevó en el aire y fue a estrellarse contra la tumba a la que Harry estaba atado. Cayó a sus pies y quedó allí, desmadejado y llorando.
Voldemort volvió hacia Harry sus verdes ojos, y soltó una risa sin alegría, fría, aguda.
La túnica de Colagusano tenía manchas sanguinolentas, pues éste se había envuelto con ella el muñón del brazo.
—Señor... —rogó con voz ahogada—, señor... me ... me prometio...
—Levanta el brazo —dijo Voldemort con desgana.
—¡Ah, señor... gracias, señor...!
Alargó el muñón ensangrentado, pero Voldemort volvió a reírse.
—¡El otro brazo, Colagusano!
—Amo, por favor... por favor...
Voldemort se inclinó hacia él y tiró de su brazo izquierdo. Le retiró la manga por encima del codo, y Adhara vio algo en la piel, algo como un tatuaje de color rojo intenso: una calavera con una serpiente que le salía de la boca, la misma imagen que había aparecido en el cielo en los Mundiales de quidditch: la Marca Tenebrosa.
Voldemort la examinó cuidadosamente, sin hacer caso del llanto incontrolable de Colagusano.
—Ha retornado —dijo con voz suave—. Todos se habrán dado cuenta... y ahora veremos... ahora sabremos...
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"Hay una estrella que nos une por encima de las almas comunes."|𝕯𝖗𝖆𝖈𝖔 𝕸.
FanfictionAl igual que un pájaro de origami, Draco Malfoy es frágil e incapaz de volar libremente. Eso es hasta que su pequeño pájaro de papel aterriza accidentalmente en las palmas de Adhara Riddle.