La Pérdida (Clexa)

Final Parte 3: Toda La Noche

Sábado a la noche en "La Diva"...

POV Lexa

mi corazón late un poco más rápido,
cuando nuestros ojos se encuentran,
en medio de una habitación llena de gente,
me paralizaste y me gusta, tú me haces sentir bien,
todas estas luces rojas a mi alrededor son por ti,
no puedo controlar el amor cuando se trata de ti,
la multitud se desvanece y lo único que siento a mi alrededor eres tú,
¿tú también me sientes?,
por favor vamos a seguir con esto toda la noche,
agárrame fuerte, hoy no tienes que soltarme,
no quiero que te vayas nunca...

Hace un tiempo atrás, de tanto que me comía la cabeza pensando y pensando, había vuelto a revivir mi lado oscuro, había llegado a pensar que mi vida estaba hecha más del pasado, que nunca iba a ser capaz de romper los lazos, hasta ese momento nunca había llegado a plantearme realmente un futuro, o tal vez lo había hecho creyendo que estaba lista para soltar los temores, pero ese no había sido el caso, entre mis dedos mi futuro era cada vez más incierto y eso me desconcertaba de sobremanera.

Pero llega un momento de claridad, después que uno toca fondo por segunda, tercera o cuarta vez, te vas dando cuenta que solo estamos perdiendo el tiempo y que el amor propio te ayuda a salir definitivamente de esa "zona de confort", no hay nada más reconfortante que la aceptación a uno mismo, y en esta etapa era donde me encontraba parada. Había dejado los miedos en un cajón y pude volver a mí.

La estabilidad y la fuerza que había adquirido este último par de meses no eran tan solo méritos de mi parte sino también de quienes me ayudaban y me demostraban que la vida era más linda compartida, que solitaria y negativa. Aprendí a identificar realmente que era lo que esperaba de mí y del otro, porque con los golpes que había recibido me había vuelto más vulnerable y algunas veces las personas se agarraban de ese sentimiento, para jugar con esa necesidad. Me paso en muchos momentos de la vida necesitar contención y pedir a gritos un poco de amor, pero en ese tiempo no había estado rodeada de gente que le importaba de verdad, hasta que aparecieron los leales, los reales, los confidentes, los que me ayudaban sin pedir nada a cambio y me hicieron ver que los miedos no tenían que ser más fuertes que mis ganas de pedir una mano amiga cuando era necesario. Pensaba que siempre lo iba a poder todo sola, pero hay veces que llegamos al límite y perdemos el control y el sentido de las cosas y el golpe es aún más doloroso.

Por eso también me propuse a que si alguien me hacía feliz, yo tenía que hacer más feliz a ese alguien y me encontraba en ello, en hacer feliz a Clarke, era mi objetivo principal, con ella sí que me sentía todopoderosa, ella sobrepasaba los límites de mi felicidad. Nunca había imaginado tan solo sentir tanto y todo lo que ella me provocaba.

Estos días a su lado estaban siendo de los más inolvidables desde nuestro re-comienzo, en su momento había sentido tantísimo miedo que ella me llegara a reemplazar, porque se merecía el mundo entero y hoy de verdad sentía que estaba a la altura de su amor, quería darle todo en cuanto ella me lo permitiera, que por sobre todas las cosas nuestro amor sea irrepetible, éramos un gran equipo en todos los sentidos y lo que más deseaba era que sintiera cuanto la amaba todo el tiempo, a todas horas, porque si era posible sentirme más enamorada de ella conforme pasaban los segundo. Tenía una gran habilidad para lograr que me perdiera en ella. No quería que me soltara ni en esta vida ni en ninguna otra.

Después que la señorita Griffin se había ido de mi casa, había comenzado a ultimar detalles del set que iba a pasar en el club esa misma noche, había podido contactar con el dueño unos días atrás y me había dado el visto bueno, después que le había enviado un par de listados para que los escuchara. Cuando recibí la confirmación, automáticamente quería sorprender a mi chica, nunca había tenido la oportunidad de verme en acción como la "dj Heda" y esta noche quería dejarlo todo y sobre todo quería provocarla a toda ella. Los últimos mensajes que me había mandado no dejaban mucho a la imaginación sobre su estado deseoso de sentirnos una vez más y quería jugar con ello. Jamás me había pasado realmente tener esa necesidad imperiosa por sentir a una persona, pero de Clarke me volvía cada vez más adicta. Era realmente magnética, podía sentir la radiación cada vez que estábamos juntas y me gustaba permanentemente.