Disfruto Del Silencio

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Dos días después...

POV Clarke

en mi pequeño mundo,
todo lo que siempre quise,
todo lo que siempre necesite, 
está aquí en mis brazos,
las palabras son muy innecesarias,
los sentimientos son intensos,
las palabras no tienen sentido en este momento,
porque todo lo que amo está aquí en mis brazos,
simplemente disfruto del silencio, disfruto del silencio...

Estos cuatro días junto a Lexa, estaban siendo irreales, nos compenetrábamos tanto y todo simplemente era espectacular, sin duda ella era mi otra mitad, mi complemento.

Mañana miércoles ya teníamos que retomar ruta y volver a la vida "normal", realmente no quería hacerlo, me había malacostumbrado a estar solo con ella, sin nadie alrededor, y volver a la realidad me iba a costar un mundo, pero bueno teníamos que seguir para adelante cada una en lo suyo, teníamos asuntos pendientes en el trabajo, más que nada ella que había estado inmersa en algunas entregas ya que estos días le tocaba el teletrabajo (home office).

Hablamos de llevar las cosas con calma, ir paso a paso, estábamos viviendo nuestra mejor vida al lado de la otra. Si me hubiera plateado este presente hace un tiempo atrás, me hubiera reído en mi cara y en la de todos.

Sin duda la aparición de Lexie me había trastocado todos los sentidos, porque en mi afán de ocultar mis sentimientos hacia ella, no me había dado cuenta que en el proceso le había hecho mucho daño a Niy inconscientemente, creo que si ella no hubiera tenido esa charla reveladora conmigo, hoy no estaría aquí y hubiera seguido "fingiendo" amor o confundiéndolo con agradecimiento y ella no lo valía, era mucho para cualquier persona.

Algunas veces, si me lo planteaba podía ser demasiado resentida, y con Lexa había estado tan enojada durante tantísimo tiempo, pero una vez escuchada su versión, pude comprenderla y hoy solo quiero cuidarla para siempre.

Nunca voy a comprender por todo lo que tuvo que pasar, pero si de algo estaba completamente segura era que iba a hacer cada uno de sus días inolvidables, ella merece la pena cada segundo.

Lexa era la mujer más fuerte que había conocido en toda mi vida, dio un giro de 360 grados, sin duda era una mujer brillante, inteligente, conservadora, carismática, un tanto ruda, tenía todo lo que me gustaba, porque si bien yo era todo lo contrario a ella, éramos como el yin y el yang, pero juntas éramos sólidas, imparables e irrompibles.

Sabía a ciencia cierta que iba a tener que ayudarla en algunas cuestiones, me había comentado sus miedos por la falta de costumbre en cuanto a una "relación amorosa", que por cierto no habíamos charlado sobre lo que éramos, pero si planteamos el ser exclusivas, yo no podría siquiera pensar en compartirla.

La notaba algunas veces un tanto pensativa y después de insistirle, la convencía y de a poco me iba contando sus temores, ella quería que todo entre nosotras funcionara, quería hacerlo todo bien por ella y por mí, que todo vaya perfecto y le dije que no todo siempre iba a ir bien, al final las cosas salían, aunque al final salieran mal, que íbamos a tener algunos momentos con turbulencias pero que todo se solucionaba hablándolo y exponiéndolo, que dejará afuera sus estigmas, que no tenga miedo, que lo íbamos a llevar lo mejor posible, que no se cierre en sí misma. Lexa siempre había sido de guardarse las cosas, después de escuchar lo que había pasado con Ontari, no me extrañaba que hubiera adoptado esa forma, siempre le había costado soltarse y ahora no lo padecía tanto, de a poco se iba abriendo y eso era un gran paso y yo voy a ayudarla siempre que pueda y que me deje. Una cosa era haberla conocido en la faceta de amiga y otra muy distinta era esta Lexa en versión "romántica", que podría decirlo así sin tapujos y sin miedo, era mi Lexa, la mujer que había esperado y por la que esperaría una vida entera, estaba orgullosa de ella, de sus avances y cada paso que iba dando sea largo o corto, era aún más valioso porque provenía de ella, un alma rota que tuvo que reinventarse a sí misma y dar lo mejor para seguir pie y sobrevivir.

Estábamos en cama acurrucadas, mientras "nuestras hijas" dormían cada una en sus respectivos colchones, ella había terminado un trabajo para enviar al estudio, yo había tenido que hablar de ciertos asuntos de negocios con algunos clientes, gracias a dios tenía a Vera como mano derecha, porque a estas alturas me habría ido a vivir al fin del mundo, para no tener que lidiar con personajes prepotentes, que se creían más por tener un miembro colgando entre sus piernas. También habíamos hecho una videollamada con Aden, que debo admitir que era la viva imagen de su tía, él estaba muy ansioso y no veía la hora de volver a verla y hacer pijamadas a las cuales me había incluido también, por ser "la amiga especial de tía Lexa", habíamos almorzado una sopa ligera, y un mimo que iba por aquí y otro por allá, había terminado con nosotras en escasas prendas y el fuego se torno insoportable y nos entregamos la una a la otra, no recuerdo haber tenido esta conexión sexual con otra persona, tampoco es que haya tenido muchas compañeras en la intimidad, pero lo que me provocaba con un solo toque, nunca nadie lo había conseguido, no podía quitar mis manos de ella y viceversa.

Hasta el viernes nunca había creído en las almas gemelas, ese día había comprobado que la mía sin duda alguna era Alexandria Woods, alias mi verdadero amor.

Estaba acariciando su espalda, disfrutaba cada segundo con ella, disfrutaba sentirla, su risa, su toque, pero lo que más disfrutaba eran los silencios, porque en ellos ponía en pausa ciertas cosas que me atormentaban, que no eran del todo malas, pero sí que me rondaban, sobre todo en que nos depararía el destino a ella y a mí cuando saliéramos de nuestra burbuja, pero de algo estaba segura, no estaba asustada en lo absoluto, con ella me sentía fuerte, me lo hacía sentir, y me creía todopoderosa, así como me lo había dicho anoche: "yo creo que tú tienes superpoderes, porque me haces volar", y no me quedó otra más que besarla hasta el cansancio y hacerla volar de muchas formas.

En cada uno de mis silencios, los cuales disfrutaba sin temores, ni angustias, creaba un pequeño mundo, nunca había sido tanto de las palabras, más bien de hechos, por ser un tanto impulsiva sé que había asustado a Lexa la primera vez que le confesé lo que sentía, pero hoy todo lo que siempre había querido, todo lo que siempre necesite esta aquí en mis brazos, mis sentimientos eran intensos, creo que conforme pasaba el tiempo se iban intensificando, las palabras estaban demás, eran innecesarias, no tenían sentido alguno en este momento, porque todo lo que amaba estaba en mis brazos, por eso disfruto del silencio, porque en mis silencios encuentro las razones para luchar por nosotras, porque nos creía capaz de todo por el todo...

Y así inmersa en mis silencios me aferre a Lexa con la única ilusión de quedarnos a vivir un para siempre sin intermitencias...... "Pero que ilusa"...

La Pérdida (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora