La Pérdida (Clexa)

Guantes Arriba

Salta – Argentina (Febrero 2020)

POV Lexa

nada ni nadie puede detenerme,
sin lágrimas en mi cara hoy no voy a tirar la toalla o volver a huir,
no puedes derribarme, no de nuevo,
estoy reescribiendo las páginas de mi historia,
voy a luchar hasta el día en que muera ,
no puedes derribarme, no de nuevo, por eso hoy levanto mis guantes...

Los días se fueron como agua entre los dedos, en un abrir y cerrar de ojos llegó febrero, intenso por donde se quieran ver los últimos días, después de la partida repentina de los bebés nos unimos y juntamos fuerzas, por mi hermana, Franko, mi mamá y sobre todo Aden.

Luna y su marido comenzaron terapia, estaban muy sumidos en una fuerte depresión y conforme pasaban las sesiones de a poco iban "encontrando respuestas", no eran las que buscaban pero definidamente les estaba trayendo una suerte de alivio, para tanto dolor, y Aden, mi niño que no merecía pasar por toda esta situación, le pusieron a disposición el gabinete psicológico del colegio, los cuales recomendaban que tratemos de distraerlo con actividades que lo mantuvieran lo más ocupado posible.

Antes sentía que me creía dueña del tiempo, y que podía controlarlo sin más. Detener el reloj donde más me convenía, y que todo girara a mi favor, era lo que sin duda me generaba un sinfín de emociones y todas y cada una sin resolver, pero debido a los últimos acontecimientos, me había dado cuenta que la vida a veces es tan corta, y usar la frase "tengo todo el tiempo del mundo", era la mentira más grande que pisaba la tierra y que nos inventamos para no hacer frente a lo que de verdad importaba.

Con la sensación de sentir que seguía perdiendo el tiempo, me dije, a mí misma, "Lexa es ahora o ahora, no hay más tiempo para lágrimas", y aquí estoy en Salta hace dos días.

Organicé este viaje con el fin de resolver temas pendientes y el cual decidí traer a Aden conmigo, para alivianar su cabecita y pueda tener unos días algo relajados, lo necesitábamos muchísimo tanto él como yo, ya que a mi retorno comenzaba la mudanza y mi nuevo empleo.

Pase a buscarlo por su casa en el auto de mi padre, quien se ofreció a prestármelo para así también poder llevar a Mora y Nina, y junto a mi sobrino que estaba ansioso y enérgico, íbamos haciendo un karaoke en idiomas extraños, pero así nos sirvió para distraernos un montón, llegando a casa de mi Abuela Rose, la cual compartía con Linc , que por cierto estaba muy emocionado por nuestra llegada, me había comentado que la abuela estaría llegando por estos días, con quien me debía una profunda charla postergada de hace casi 7 años, esos días decidí quedarme ahí, hasta su regreso.

Por otro lado me reencontré con Tío Marcus, a quien extrañaba locamente y quien logró ayudarme a contactar la dirección de Ontari, con quien también me debía una conversación profunda y así poder cerrar todo tipo de etapas y de una vez concretar mi encuentro tan ansiado con Clarke.

3 días después, casa de la Abuela Rose...

Alexandria, tanto tiempo. Me dice la abuela y la vi, tan fría como hace años, ella solo me dedicaba miradas de odio y comencé a divagar...

Flashback

Salta – Argentina (Marzo 2013) – Después de la ruptura

Llegando de la casa de Ontari, llorando desconsoladamente me encuentré de frente a mi abuela, quien era mi refugio y mi lugar seguro, siempre me protegía de todo lo bueno y todo lo malo, era con quien de verdad me sentía plena y nada mejor que recibir su abrazo:

Mi niña que es lo que tienes, ¿porque lloras así?. Me dice ella muy preocupada dándome leves caricias en la espalda, tratando de calmarme.

Es Ontari, el...ell...ella va a casarse, rompimos. Atine a decirle y sentí que me soltaba de inmediato y dándome un leve empujón.

¿A caso ella y tú?...no no Lexa tu no por favor.. Me dice entre la angustia y el enojo, frente a mi mirada vacía y perdida.

Abuela, Ontari y yo fuimos pareja durante tres años. Sentí un golpe en mi mejilla y conecte con su mirada al instante.

NO LO PUEDO CREER MI NIETA ADORADA, ¿ES UNA MALDITA DESVIADA?, vete ahora mismo de mi casa, no quiero tenerte un segundo más frente a mí, tu vida amorosa y todo lo que tenga que ver contigo se murió, tú te moriste para mi Alexandria, eres la semilla del mal, la cosecha mala, no puedo permitir que sigas pasando un solo instante aquí, y escúchame bien si algo llegara a pasarle a tu abuelo, si se entera de esto, solo tú vas a ser la culpable. Me dice fuera de sí. (Mi abuelo estaba con internación domiciliaria desde el 2012, y cada tanto tenía momentos de lucidez, casi muy vagos).

Pero abuela soy yo, soy Lexa, no..... Sentí un empujón más fuerte que el primero.

Vete, vete de aquí, eres una maldita, una sucia, una orgiástica, no puedo creer que no lo supe antes para advertir a tu padrino que jamás te dejara quedarte a dormir con tu prima. Estaba sacada descontrolada.

Ante la mirada de mi abuela, fría y despiadada, sin un ápice de arrepentimiento, seque mis lágrimas y me di media vuelta, esa misma noche por segunda vez perdí...

Fin del flashback

Alexandria, ¿que es lo que quieres aquí?, sabes muy bien que no eres bienvenida. Me dice sacándome de mi mundo.

Rose, tanto tiempo realmente, pensé que los años habían cambiado tu frío corazón, solo vine a decirte una cosa, no vas a derribarme, no de nuevo, ya no te guardo rencor, pasaron 7 años y aprendí que esperaba más de ti, o tal vez, esperaba que actuaras como yo lo hubiera hecho, si me habría tocado estar en tus zapatos. Entiendo que tus tiempos y los míos no son los mismos, fuiste creada con otras creencias, pero siempre fui Lexa, la misma niña que estrujabas en tus brazos y nunca quisiste verlo así, porque te encerraste en tu verdad. Te quise tanto, tantísimo que no puedes darte una idea, quiero el recuerdo de quien pensaba que eras en mi realidad, porque en esa realidad eras humana y eras mi abuela, pero ésta versión de ti no me gusta, no la comparto, porque lamentablemente ésta siempre fuiste tú, pero el cariño y el quererte no me dejaban darme cuenta. Me acerque a ella y le dejé un beso en la mejilla y me aleje, ante su atenta mirada, ella siempre fue muy rencorosa. Me miraba muy atentamente y me dijo:

¿Quieres que te pida disculpas?. Discúlpame entonces. Me dice a la defensiva, enojada y sin una gota de remordimiento.

No, no las necesito, y mucho menos así forzadas y sin que las sientas. Solo quería que sepas esto, sé que no vas a cambiar ni ahora ni nunca, pero por fin te dejé saber lo que tenía atravesado desde hace años, hoy me amo, realmente lo hago y me antepongo ante ti, mucho sufrí con tu rechazo, pero ya no más. Cuídate Rose. Me di la vuelta y me fui a buscar a Aden y Linc, quienes estaban jugando con mis perritas.

"No puedes derribarme, no de nuevo, por eso hoy levanto mis guantes"... Me dije a mi misma.