La Pérdida (Clexa)

Insomnia

Un poco acerca de mí

Soy Lexa Woods, Licenciada en Diseño Gráfico, tengo 29 años, amante de la música, la lectura, los tatuajes y de las risas contagiosas, soy la más chica de tres hermanos, Lincoln Woods (Profesor de Matemáticas) de 37 años, de novio con Harper Green de 31 años (Profesora de Inglés), y Luna Woods (Licenciada en Nutrición) de 35 años casada con Franko Vie de 35 años (Contador), quienes tuvieron a mi único sobrino, por el momento, y a quien amo y tengo el honor de ser su madrina y tía favorita, Aden Vie de 5 años y están en la dulce espera de mellizos. Mis padres, Becca Alie de 60 años, Identificadora del Recién Nacido y Titus Woods de 66 años un prestigioso Médico Pedíatra. Y bueno para no dejarla atrás está mi abuela Rose Alie de 84 años con quien tengo una relación escueta, por no decir casi inexistente, jamás entendió mi sexualidad y decidimos que lo mejor es ser cordial la una con la otra.

Los Ángeles – California (Enero 2020)

POV Lexa

esto pudo haber sido un error,
estoy quebrada de muchas maneras,
pero te juro que nos repondré de vuelta lentamente...

Eran las 5:30 am, hacía casi una semana que mi cabeza no para de maquinar y la ansiedad me estaba pasando factura, hoy era mi último día en Los Ángeles, durante los últimos 3 años fue mi hogar pero jamás lo sentí como tal, este cambio fue muy necesario, lo entendí con el correr de los días, reconecte conmigo, volví a empezar, sane heridas que estaban abiertas, que me acompañaron durante tanto tiempo, y las cuales no me dejaban avanzar en mi día a día.

Desde que había llegado comencé a vivir mi nueva vida, no volví a ver a mi familia, amigos y sobre todo a ella, jamás había devuelto sus llamadas, mensajes o mails, pensaba que así ella desistiría "de lo nuestro", y durante 6 meses había intentado por todos los medios contactar conmigo, pero nunca tuve el valor suficiente de responder ni nada, pero no hay un solo día que no la haya recordado y lamentarme por haber tomado la decisión de marcharme.

Mantenía el contacto con mis más cercanos vía zoom o WhatsApp, nadie estuvo de acuerdo con mi huida repentina, todos me juzgaron, me tacharon de cobarde y puede que lo haya sido, ellos conocían mi historia, sufrimiento y dolor, lo sabían todo, pero lo que más duele, era que a ella jamás le di ninguna razón, ni motivo, absolutamente nada, yo me había encerrado en mi misma sin mirar atrás, dejando todo a la deriva y alejándome sin más, rompiéndola a ella y por ende a mí también.

Mi mayor defecto siempre fue sabotear todo intento de relación amorosa, lo hice una y otra y otra vez, y siempre fijándome en mi y nunca poniéndome en el lugar de la otra parte y me arrepentía en cierto punto, pero a su vez necesitaba quererme para dejarme querer, siempre me había creído insuficiente para aquellos que iban un poco más allá conmigo y hacía cualquier cosa para cambiar su visión respecto a mí.

Alejarme había conllevado un cambio emocional, físico y mental, me costó el desapego, siempre había sido muy familiar, a veces solitaria, sobre todo en mis momentos reflexivos, y tengo amigos, pero contados con los dedos de la mano era a los que depositaba mi entera confianza. Nunca me costó crear lazos con las personas, ni entablar una conversación, salvo en el ámbito romántico, me volví un tanto retraída, desconfiada y nunca más pude volver a creer y entregarme a un "alguien especial", estuve bastante dañada, rota, y me escudaba en "no quiero perder tu amistad" y así fue como la perdí a ella y como durante todo este tiempo me había costado de sobremanera pasar página o tal vez nunca quise hacerlo, resguardando una última cuota de esperanza.

Por un mal amor, y una experiencia traumática como tóxica, era que hasta el día de hoy me costaba ser un poco "amorosa", me volví un poco, demasiado fría, sé que estaba mal, que no todos eran iguales, pero decidí cuidarme, resguardarme y así terminé dañando a quien me quería y a quien yo quería y me lo demostraba día a día en cada uno de sus actos. "Mi dulce Clarke. ¿Qué habrá sido de ella?".