Hotel República del Jardín – Tucumán (Noviembre de 2020)
POV Lexa
De un sobresalto me levante de la cama, confundida, angustiada, llorando y envuelta en sudor, así me encontraba, para colmo el clima tampoco ayudaba demasiado, una fuerte tormenta no dejaba de acechar. No tenía noción ni del tiempo ni del espacio en el que me encontraba, estire mi brazo para agarrar mi teléfono y un fuerte dolor en mi pecho se hizo presente, Clarke que ocupaba mi fondo de pantalla, "se miraba tan linda y tan sonriente". La extrañaba cada segundo de mi existencia, me hacían falta sus abrazos, su olor, ese beso de buenas noches que durante tanto tiempo había sido nuestro ritual antes de dormir.
Atine a ver la hora y en el reloj marcaban las 5:30am, "por dios, ¿tanto tiempo he dormido?". El jetlag había hecho estragos en mi persona y me estaba pasando facturas y sumado al maldito sueño tan perturbador que había tenido, el cual resonaba en mi cabeza una y otra y otra vez, decidí levantarme y asearme un poco para poder despejarme si es que podía hacerlo. Lo había pasado realmente mal y despertar exaltada, de tan solo sentir e imaginar que la había perdido para siempre, me tenía en un mar de lágrimas. Mi cabeza había sufrido un colapso este último tiempo, estaba agotada emocionalmente, me había afectado de sobremanera, la distancia, la soledad y convivir conmigo misma que en ciertos días era algo intolerable. Extrañar y no poder hacer nada contra ese sentimiento se había vuelto en mí contra un par de veces, o más veces de las que quisiera admitir y uno a uno mis demonios del pasado se habían hecho presente.
En este momento me encontraba confinada en un hotel, habría vuelto de Los Ángeles mucho tiempo antes pero por una maldita pandemia, mis planes cambiaron, había viajado en febrero por cuestiones laborales, con la esperanza de que solo durara 20 días el dichoso viaje, pero de 20 días pasaron a ser 9 meses infernales y torturantes lejos de todo y de todos. No me gustaba nada estar lejos de lo que más quería cerca.
Hace cinco días había sido mi retorno, una brutalidad pasar tanto tiempo lejos de los que uno más amaba, sobre todo de Aden que lo extrañaba horrores, y de mi pequeña familia, mi dulce Clarke y nuestras hijas, Nina y Mora. Ni siquiera poniendo un pie aquí había conseguido verlas, ya que a los repatriados nos trasladaban en un móvil aparte para cumplir con el protocolo pertinente, debido al coronavirus. 15 días de aislamiento, con dos hisopados de por medio para confirmar el absoluto "negativo", que aún me seguía separando de los míos.
Habiendo terminado de asearme me senté en el borde de la cama, observando la foto de Clarke junto a Aden y las bebés, la cual había tomado unos días antes de viajar y que tenía apoyada en la mesita de noche, que había sido lo primero que coloque ni bien llegue a esta habitación, donde todo se sentía tan solitario pero que resguardaba la esperanza de un pronto reencuentro, era lo que aún me mantenía en pie, "lo peor ya había pasado".
Me puse a pensar en ese sueño tan perturbador y tan hiriente. No era la primera vez que soñaba algo, pero tan terrible y de esta índole donde todos mis miedos habían quedado expuestos sí que era la primera vez, realmente lo había sufrido como si de una realidad paralela se hubiese tratado, había resultado tan real como devastador.
Los sueños se habían vuelto más recurrentes conforme pasaban los días en mi estancia en LA, y lo había consultado con mi terapeuta y confidente, Callie Cartwig, quien me trataba desde mi intento de suicido en el 2013 hasta la fecha. Y recordé puntualmente una de nuestras sesiones hablando justamente de mis temores que jugaban en contra y que en mis sueños se habían despertado mis peores enemigos y me atormentaban día a día.
En una sesión vía zoom, ella fue muy puntual con respecto por lo que estaba atravesando, diagnostico: una serendipia de sueños grises: "La vida, ya sea por una pandemia, una muerte, una crisis económica, puede obligar a las personas a reinventarse para seguir adelante. En este proceso, estar alerta a todas las señales es muy importante, ya que de esta manera podemos saber qué decisiones tomar". Había sido muy puntual la Doctora Cartwig con sus palabras.
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La Pérdida (Clexa)
Fanfiction"no me había dado cuenta que te perdí, hasta que todas las luces estaban apagadas"...