La Pérdida (Clexa)

Ángel De Concreto Dime Que Me Quieres

Casa Clarke, sábado a la mañana...

POV Lexa

déjame inhalarte, y respirar las palabras de tu boca,
dentro de tus escalofríos, el silencio grita muy fuerte,
solo quiero, solo quiero estar cerca tuyo,
y mientras mi corazón lata, te prometo que nunca más te decepcionaré.

sé que ya no confías en mí,
pero mi ángel, deja caer esas paredes de concreto,
me estoy volviendo loca sin ti,
vuelve a mí, yo de verdad te amo...

oh por favor di que me quieres
¿puedes oír a mi corazón decirlo?,
no, no soy nadie sin ti, y espero no llegar a ver el día,
en el que tú pases página y seas feliz sin mí, sin mi....

¿qué es mi mano sin tu corazón al que abrazar?,
todo lo que necesito, está delante de mí,
sé que estaremos bien,
pasando por los buenos y malos momentos...

Estaba aturdida, no enojada ni mucho menos, solo aturdida, no voy a negar que me dolió bastante el mensaje con la respuesta de Clarke, sus palabras golpearon cada fibra de mi ser y ni bien estuve sola derrame una que otra lágrima, pero estaba dispuesta a no seguir hundiéndome en la miseria, ya bastante tenia conmigo y la lucha por recuperar lo que más amaba en la vida, la entiendo, tuvo que bancarse mucha mierda, y lo mejor que le salió en el momento fue su mood: el contraataque. Clarke no funcionaba así, no tenía una pizca de maldad yo la conocía más que a mí misma y por esa misma razón, había decidido bloquearla para evitar que todo se desencadenara de una forma poco satisfactoria para ambas partes. Esa misma noche hice mi mayor esfuerzo para mostrar mi mejor cara de póker en la cena familiar, no iba arruinarlo, no sabiendo que todo este desastre estaba provocado por mí y mis inseguridades. Estaba completamente segura que no quería volver a perderme. Su postura estaba clarísima, para ella y para mí, mi traición fue devastadora, ella tiene su versión y es válida, pero ojala me diera una oportunidad para explicarle y eso quería conseguir, por eso no me eche para atrás con el plan inicial. Esa misma noche con mi almohada tuve una larga charla, y todos los caminos conducían a ella, la quería de vuelta de eso estaba completamente segura.

Me encontraba de camino a su casa eran las 10 de la mañana de un sábado bastante soleado y no existía ni media intención de que la temperatura bajara el cualquier momento, estaba rondando lo 35° grados La ansiedad me había ganado, esa noche el insomnio calo hondo y necesitaba verla cuantos antes. Acalorada, asustada y muerta de miedo me dirigía a su encuentro y rezaba e imploraba que así fuera, me iba a tirar un lance y si desistía de escucharme no iba a insistir, no por el momento, quería que este segura de querer intercambiar una que otra palabra y sean cual sean sus tiempos, yo los iba a acatar.

Quería recuperarla, Clarke sin duda era la mujer por quien pelearía en esta vida y en cualquier otra y dejarla ir no estaba en mis planes, yo solo quería que ella ganara seguridad y confianza conmigo alrededor y poder llegar a ella. Sé fervientemente que no puede salvarme de lo que siente mi cabeza pero si hacerlo más ameno, confiar en mi era lo que estaba logrando de a poco, últimamente me sentía mejor conmigo misma, me veía al espejo y me sacaba una sonrisa, había luchado tanto por aceptarme y quería demostrarle de que estaba echa realmente. Ella me completaba.

Estando en la puerta de su casa, los recuerdos se hicieron presentes uno a uno y estaba dispuesta a generar otros nuevos, con cuidado baje el bolso de las chicas, agarre a cada una de sus respectivas correas y me dispuse a tocar el timbre:

Hola Lexa, que sorpresa encontrarte aquí. Niylah se encontraba sorprendida, abriendo la puerta y mi cara realmente era un poema.

Oh! Hola ¿cómo estás?, vine a dejar a las chicas podrías recibirlas por favor. Le dije queriendo que la tierra me tragara y cuanto antes quería irme de ahí, no eran celos los que sentía, tal vez un poco de "¿envidia?, quizás". Ella podía manejarse libremente por la vida de Clarke y yo ni siquiera tenía la oportunidad de verla.