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Capítulo 4: Entre copa y copa

Ya llevamos una hora en la maldita sala VIP. Y cada vez estoy mas incomoda con Max. No para de mirarme, lo que me causa muchas mas sensaciones de las que me gustarían. Esa manera de agarrarme, esa mirada azul intensa, tan intensa que te puede causarte un orgasmo, eso brazos fornidos...

- ¿Dria me estas escuchando? - Me pregunta Elena.

- No, perdona dime.

- ¿Qué si te apetece otra copa?, que voy a ir a por una y aquí son gratis.

- Si por favor. - Es lo que mas necesito ahora mismo, alcohol – Un whisky con coca cola.

Elena se aleja hacia la barra, dejándome sola con su nuevo "amigo". La verdad que no he hablado con el en el en toda la noche. Y me siento muy incomoda ahora mismo.

- ¿Cómo te llamas? - Le pregunto para romper el hielo por encima de la estruendosa música de la sala.

- Samuel Evans, ¿Tu eres Dria verdad?- Asiento – Encantado – Me da la mano. Tiene pinta de ser un chico formal y centrado. No pega nada con Elena.

- ¿En que trabajas? - Pregunto.

- En la misma empresa que Elena. ¿No te ha hablado nunca de mi? - Mierda, esa pregunta es una trampa mortal. Lo que me esta diciendo, es que ya se conocían de antes y al estar tan frustrado por enterarse de que no le conozco, tal vez quiera decir que tienen algo.

- ¡Por su puesto que si!. Me ha hablado mucho de ti. Pero no sabia si te importaría saber eso... - Miento para cubrir a mi mejor amiga.

- La verdad es que quiero que hable de mi. Ya llevamos dos meses quedando, y la verdad que me gusta mucho. - ¿Dos meses? Lo sabia, sabia que esta estaba metida con alguien.

- No le hagas daño o te corto tus partes mas preciadas ¿Te queda claro? - El asiente y los dos nos reímos. Hasta que llega Elena y cambiamos de tema.

- ¿De que habláis? - Pregunta.

- Del pedo que voy a pillar esta noche – Le guiño un ojo.

- Creo que te acompaño – Responde el. A lo que ambos miramos a Elena esperando su respuesta.

- A mi no me miréis yo siempre voy pedo – La tensión se esfuma con las risas de los tres.

Entre copa y copa ya llevo cinco. Voy bastante pedo, pero no me siento mal. Me siento viva. Con ganas de hacer lo que me de la gana. ¿Nunca te ha pasado que tienes ganas de comerte el mundo?. Aun que solo sea por dos minutos.

-Voy al baño – Le digo a Elena.

Me encuentro con un chico en pasillo, esta hablando por teléfono, pero no consigo entender la conversación. Habla en otro idioma <<O vas muy borracha>>, me recuerda mi vocecita interna.

-Perdone ¿El servicio de mujeres? - Le pregunto.

- Si.  Tienes que volver por donde has venido, y la primera a la izquierda.

- Gracias.

- De nada, ¿Oye por cierto como te llamas?.

- Dria.

- Yo soy Dilan. - Le repaso de arriba abajo y la verdad es que esta bastante bien. Ojos verdes, pelo oscuro, alto... Y aquí no hay nadie que nos vea.

- Un placer Dilan. - Digo mordiéndome el labio inferior.

- Lo mismo digo. Bonito nombre – Me alaga de lo mas formal, así que yo recorro el espacio que nos separaba hasta estar peligrosamente cerca de el. El coloca sus manos en mis caderas y me dejo caer sobre la pared de mis espaldas.