Capítulo 26: Control y misterio

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"La mentiras por muy pequeñas que sean, terminan ensuciando hasta la mas limpia de las intenciones"

Hoy es Sábado, son las tres de la tarde y el gimnasio esta cerrado. No me puedo creer que lo hayan cerrado. Necesito despejarme. <<Un momento, Paul dijo que tenia un saco en su casa>>. Saco mi móvil y le escribo un mensaje.

"Dria: Necesito golpear el saco ¿Podemos quedar?"

"Paul: Dria... No se si es buena idea que te aficiones a golpear por rabia"

"Dria: ¿Y tu por qué lo haces? "

"Paul: Ven a Terra Ventura, número once. A las cuatro"

"Dria: Allí estaré"

Corro hasta el armario y cojo mi ropa de hacer deporte. En el Google Maps, pone que esta a treinta minutos andando, así que decido ir corriendo. Me pongo la mochila en la espalda y empiezo mi camino. Mantengo la respiración en profundas caladas. Como había previsto, llego en media hora. Me sorprende ver una pequeña mansión, rodeada de un gran patio delantero. Llamo al timbre y la voz de Paul me pide que pase. Cuando traspaso la vaya, la casa me parece aun mas grande. El me esta esperando en la entrada, lleva puesto unos pantalones de chándal grises y una chaqueta de chándal negra. De pie frente a la puerta, se coloca las vendas en manos y muñecas.

- Buenas tardes – Me saluda cuando estoy a su altura.

- Hola – Digo ceceando.

- ¿Qué te pasa?

- He venido corriendo... - Me rio.

- Vaya... Pues espero que estés lista para entrenar.

- Por su puesto – Le aseguro.

Me pongo unas vendas rojas, que me ha dejado Paul, alrededor de las manos y caliento dando saltitos cortos frente al ring. Tiene el gimnasio en casa. Si tiene este gimnasio ¿Por qué paga el de allí?. Empezamos saltando a la comba durante cinco minutos. La música reverbera por toda la sala. Cuando empezamos con las flexiones, Paul se ríe de mi al ver que no puedo hacer mas de diez. Y yo me rio de el cuando llega la hora de hacer sombras y soy mas rápida que el.

- Si tanta gracia te hace ¿Por qué no competimos?

- ¿Cómo dices?- Pregunta sorprendido.

- Lo que oyes, ¿O es que tienes miedo?.

- ¿Yo?¿De ti? Acepto- Dice tendiendo la mano frente a mi, para sellar el trato – Pero ¿Qué gano si soy yo el que gana?.

- ¿Te parece poco burlarte de mi?

- ¿Y si ganas tu?

- Si yo gano, quiero poder venir a este gimnasio siempre que quiera.

- ¿Me estas pidiendo una copia de las llaves de mi casa?

- ¿Tienes miedo de perder, Paul?

- No lo haré. Me voy a estar burlando de ti, durante toda mi vida.

Quita la cuerda que cruza todo el ring y se pone sus carismáticos guantes negros. Yo me pongo los que me ha dejado blancos. Yo nunca he competido... Siempre me he limitado al saco. Emma no me deja meterme en el ring si no es para hacer sombras. Pero ya estoy harta, de golpear al aire sobre el ring. Necesito golpear a alguien. Necesito ganar. En este gimnasio, no esta Emma para prohibirme cosas. Lo que empezó siendo un entretenimiento, se ha convertido en una adicción. Soy adicta a golpear cosas. Soy adicta al ardor en mis nudillos. Adicta a golpear mis problemas.

- ¿Lista fiera?

- ¡Lista!.

- No nos daremos en la cara, pero aun así ponte el protector bucal. - Señala dándome uno limpio - ¿Lo has entendido? No daremos golpes mas bajos de la cintura, ni mas alto de los hombros. - Asiento – No me voy a controlar, Dria. Quiero ganar tanto como tu.

𝐴𝑍𝑈𝐿 𝑂𝑅𝐺𝐴𝑆𝑀𝑂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora