Capítulo 23: Tus deseos son ordenes para mi

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- ¿Estas nerviosa?- Me pregunta Max mientras me ayuda a bajar del coche. Yo niego con la cabeza. La verdad que estoy muy tranquila, se que Siara me adora, así que no tengo nada que temer- Pues yo si. Nunca le he presentado a ninguna chica.

- ¿Enserio?- Ya me lo había contado Siara.

- Si. Eres la primera. Pero no te preocupes, seguro que le vas a caer genial.

- No estoy preocupada Max, pero tu estas casi sudando. Tienes que relajarte- Le digo mientras subimos las escaleras del restaurante.

- Tienes razón, lo siento.

- Anda bésame tonto.

Nos fundimos en su cálido beso. En el cual el se relaja y no me derrito. Cuando llegamos a la mesa ella nos esta esperando con una gran sonrisa. Esta tan guapa como siempre. Ahora que los tengo uno enfrente del otro, me doy cuenta de que son como dos gotas de agua. Siempre pensé que Max era único, pero ahora tengo que replantearme ese pensamiento. 

- Bueno Dria, cuéntame mas sobre ti – Me interrumpe Siara.

- ¿Mas en que sentido?.

- ¿Por qué mi hermano?- Vale, esta pregunta no me la esperaba, he de reconocerlo.

- ¿Y por qué no?.

- Por dinero no es, tu tienes una cantidad muy aproximada. Así que ¿Por qué?.

- Siara para- Salta Max. Pero yo se lo que intenta Siara, ella quiere que yo este con Max, le cueste lo que le cueste.

- Así es el amor- Respondo tranquilamente. Max me mira con una sonrisa de aprobación y ella con una de alegría.- Nunca he estado en este restaurante, ¿Qué me recomendáis?- Cambio de tema mientras me escondo tras la carta.

La velada se pasa volando, Cuando me quiero dar cuenta estamos en los postres. Siara me cuenta como era Max de pequeño.

- El siempre estaba jugando a los empresarios, con nuestro hermano Paul.- Comenta ella.

- Si, pero lo malo de jugar con Paul, es que siempre tiene que ganar el. Esa es una de las razones por las que jamás les conocerás- Contesta Max.

- ¿Por qué no les iba a conocer?- Salta Siara- ¿No quieres darles en la boca hermanito?

- No tengo porque. Lo que pase entre Dria y yo, es cosa nuestra y espero que no cuentes nada.

- No lo haré. Pero por ella, no por ti.- Me mira y me guiña un ojo- Me cae bien, no la cagues hermano.

- No lo haré- Asegura mientras clava su intensa mirada en la mía – No seré tan tonto.

Con una tímida sonrisa y la cara roja como un tomate, le miro dejándome llevar por sus maravillosos ojos. Me pregunto ¿Cómo puede hacerme sentir tanto, en tan poco tiempo?. Desde que le conocí, por alguna extraña razón me he sentido unida el, como si un fino hilo nos uniera. No puedo explicar con palabras, lo que siento cuando me mira, o cuando me acaricia. Es como si calmara todas mis tormentas. Cuando estoy con el, siento que puedo ser quien yo quiera, puedo hacer lo que yo quiera, porque se que jamás me juzgará. Y aun que me cueste decir esto, se de buena tinta que lo que siento por el, va mucho mas haya del sexo. Siento que conecto con el en cuerpo y alma, cosa que pensé que era obsesión. Pero aquí, junto a su hermana, junto a el, me doy cuenta de que por alguna extraña razón y he de decir que en contra de mi voluntad, me he enamorado de Max Steel. Y ya no hay marcha atrás, me he metido yo sola en la boca del lobo.

La velada continua sin incidentes, excepto por el hecho de que acabo de admitir para mi misma, que estoy enamorada de Max. Cosa que el no sabe y la cual, no le voy a contar por el momento. No quiero liar mas las cosas. Paso a paso, primero esta cena y luego Axel, tengo que dejarle. Estoy deseando contarle a Max mi plan, seguro que le hace ilusión. Si dejo a Axel, me gustaría intentarlo con Max. No se cuanto tiempo llevo enamorada de el en secreto hasta para mi misma, pero lo que si se, es que ya no puedo separarme de el. Pase lo que pase, tengo que estar junto a el, si le perdiera no me recuperaría nunca. Y nunca, es una palabra muy grande y pesada. 

𝐴𝑍𝑈𝐿 𝑂𝑅𝐺𝐴𝑆𝑀𝑂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora