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Capítulo 15: El lobo

Por fin es Viernes. El resto de la semana hice caso a Elena, deje de ir a las reuniones con Max. Empecé a decir que tenia muchas reuniones por el hotel, cosa que no podían corroborar, así que a sus ojos es por deber. Pero se que Max sabe que no es por eso, si no, por lo que nos paso en su despacho el martes. A intentado mandarme algún correo electrónico, pero no he respondido ninguno. Jack me ha estado trayendo el papeleo. De todas formas le prometí a Elena que este fin de semana seria de chicas. Así que a dejado a Dilan con su madre, hoy nos iremos de fiesta. Como cuando éramos adolescentes.

- Tía ¿Cuánto te queda? ¡Me estoy poniendo pedo con el vino! - Chilla Elena desde la cocina.

- Ya casi termino, no seas pesada.

- Joder, vale – Murmura.

Me hago la ultima honda con el rizador de pelo y me miro en el espejo. Me gusta lo que veo. Por fin parezco una persona relajada. Llevo meses sin ponerme nada mas que faldas de tubo hasta las rodillas, y blusas sin escote. Miro el espejo y veo una mujer despreocupada, sin preocupaciones mas allá de no gastar batería esta noche para pedir un taxi. Todavía me acuerdo de los botellones cuando éramos pequeñas, ella siempre acababa vomitando. Espero que eso haya cambado. El vestido es rojo ceñido, parece que no lo uso desde lo que parece una década. Se ciñe perfectamente a mis curvas. Los tacones negros van a juego con mi bolso de fiesta. No voy muy maquillada, lo justo para tapar las ojeras y realzar mis rasgos femeninos.

Cuando salgo a la cocina, Elena esta en la isla de la cocina con una copa de vino, llena hasta arriba. Vaya pues si que se estaba poniendo borracha. Me acerco y le quito la copa para beber yo. Ella ya ha bebido demasiado.

- ¡Wow! Estas guapísima amiga – Silva.

- ¿Tu crees? La verdad que me gusta mucho como voy.

- Normal, estas preciosa, en serio.

- Y tu muy borracha, anda venga, me bebo esta yo y salimos.

- Esta bien, voy al baño, tanto vino a dado sus frutos.

¿Debería invitar a Axel? <<Ni se te ocurra>> dice mi voz interior. Así que me hago caso. Necesito despejarme de todo esto, de mi normalidad, de la novia responsable, de la empresaria adicta al trabajo, de la chica que siembre lleva blusas retacadas. Hoy mi escote deja ver hasta mis pies, y estoy muy emocionada como para darle el poder de arruinarlo a Axel o a quien sea. Hoy solo somos Elena, Leo y yo.

Después de un rato dando vueltas por "El Templo", una discoteca del centro, la cual yo desconocía. Decidimos ir a por unas copas. No conozco a nadie y la verdad que no me extraña, hace mucho que no salgo de fiesta. Leo y yo nos reímos de lo borracha que esta Elena. Lleva sin salir de fiesta desde que se quedo embarazada hace mas de dos años. Yo voy un poco contenta también y Leo también aun que no lo reconozca. Nos acercamos a la parte VIP a ver si hay suerte. Al parecer el puerta me reconoce, por que es amigo de Luis.

- Perdone señor – Llamo al segurata - ¿Esta aquí Luis?

- Si señorita. Debe estar en la barra con sus amigos, como siempre.

- Gracias – Me despido, y con Leo agarrando a Elena detrás, busco a Luis.

- ¡Luis! - chillo cuando le veo, pero no me oye.

Un obstáculo me para en seco justo frente a Luis. El golpe me ha dejado mareada por el alcohol, pero no tardo mucho en reconocer la figura de Max frente a mi. Oh no. Me agarra de los hombros y me pregunta si estoy bien. Asiento desconcertada ¿Porque me lo encuentro en todas partes?.

- Dria ¿Te has echo daño? - Me pregunta.

- No, déjame, tengo que pasar. - Ahora mismo solo pienso que no encuentro a Leo y Elena. Pero veo a Luis. No quiero estar a solas con Max en una discoteca.