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Capítulo 10: Descuidos

La fiesta no esta mal. Es muy sofisticada para mi gusto, pero esta bastante bien. Después de haberme echo mil fotos con Alba Tood, le pido que me firme todos mis libros. Hasta los que no son de ella. He estado pasando una noche muy agradable con Axel, resulta que sabe mucho de mi, y yo no se nada de el. El se molesto en saber de mi y yo simplemente pasaba de el. Ahora me esta empezando a interesar su vida. Tal vez sea el alcohol, o tal vez no. Tal vez es la primera vez que veo que no solo es un físico magnifico, si no que también es inteligente y dulce. Cualquiera lo diría cuando me hace lo que me hace en la cama.

- ¿Cuál es mi... - Hago una pausa para pensar una pregunta difícil sobre mi – Director de teatro favorito?

- Fácil. Ninguno, a ti no te gusta el teatro Dria.

- Vale me estas asustando ¿Yo te he contado todo eso?.

- No todo. Pero ya sabes lo que dicen: La confianza da asco. Cuando tu hablabas con Elena, por cierto tu mejor amiga de toda la vida, yo escuchaba mientras tu me echabas de tu casa. Por la cantidad de fotos que tienes en tu casa, asumo que tu familia es grande. ¿Cuántos hermanos tienes?, Tres diría yo.

- ¿Tengo que denunciarte? - Bromeo.

- Dria. Simplemente me intereso por ti, Tu también podrías saber tanto o mas de mi si me quisieras conocer de verdad - Eso es una indirecta muy directa y en cierto modo me siento mal, jamás le pregunté por el mas allá de saber edad y en que trabaja.

- Lo haré. Por cierto no te he dado las gracias por todo esto – Se pone notablemente rojo y agacha la cabeza, con la mano que no esta sujetando la copa de champan le agarro la cara y le obligo a mirarme – Gracias Axel, por todo – Me doy cuenta de que estamos muy cerca, por una parte me apetece mucho besarlo, pero otra parte de mi se acuerda de Max. A la mierda Max ahora. Es la primera vez que alguien sabe tanto de mi, sin que sea Elena o Leo, y por que lo han vivido conmigo o yo misma se lo he contado. Nos fundimos en un beso dulce y con sabor a champan del caro. Sus besos son exigentes y suaves, los de Max por el contrario son salvajes y ardientes.

- ¿Quieres ir a algún lugar mas intimo? - Me pregunta Axel.

- ¿Tu casa? - Propongo.

- Por mi si. - De la mano salimos como dos adolescentes cachondos de la fiesta, en dirección a villa orgasmo.

No aguanto mas tengo muchas ganas de besarle, mas viendo lo sexy y concentrado que esta en la carretera. Noto como agarra el volante con mas fuerza de lo normal, noto como corre mas de lo que suele hacer y noto como un gran y jugoso bulto crece en su entrepierna. Sin poder aguantar mas con las manos quietas, en el primer semáforo me agacho hasta la altura de su regazo, y abro lentamente la cremallera mientras le miro esperando que me pare, pero no lo hace, así que sigo. Poco a poco le bajo la bragueta e introduzco la mano en su bóxer hasta agarrar su grueso miembro. Lo lamo de abajo arriba, despacio, con calma, deleitándome con su sabor. Poco a poco me voy metiendo mas, y mas de el en la boca. Hasta que me para, para informarme que ya hemos llegado:

-Reservarte algo para el dormitorio pequeña.

- ¿Quién a dicho que vaya a ser allí? - Digo mientras deslizo la lengua por mi labio inferior, provocando el efecto esperado en Alex.

Una vez en el lujoso apartamento de Axel, me empiezo a poner roja por el ansia y la necesidad de su cacto. Nunca he confiado tanto en nadie como lo hago con Axel.

- ¿Quieres tomar algo? - Me propone mientras se quita la chaqueta y la coloca en un perchero.

- ¿Puedo tomarte a ti?.

- Puedes pedir lo que quieras Dria – Se acerca hasta estar a centímetros de mi.

- Ahora mismo quiero sentirte dentro de mi.- Confieso.