Apenas me doy cuenta de que Max, me lleva en brazos a la cama. Los brazos me pesan y aun me tiemblan las piernas. Con sumo cuidado, me deposita sobre la cama y me da un beso en la frente, antes de tumbarse junto a mi.
- Descansa, nena- Murmura mientras entierra la cara en mi pelo y pasa su brazo por mi cintura, pegando mi espalda a su pecho desnudo.
Después de lo que denomino un sueño reparador, los cálidos besos de Max, me despiertan. Se que he dormido mucho, cuando los rayos de luz me ciegan, colándose a trabes de las cortinas. Sus grandes manos se deslizan de arriba abajo por mi brazo.
- Despierta dormilona.
La cálida voz de Max me despierta con el pie derecho. Hacia mucho que nadie me despertaba así. Con tanta dulzura. Y la verdad que me encanta.
- Vístete, te invito a desayunar – Susurra en mi oído, lo que hace que me estremezca.
- ¿Ah si?.
- Si. Vamos, ponte guapa. - Dice antes de levantarse.
Cuando le miro me doy cuenta de que tiene el pelo mojado y ondulado. Sus suaves rizos caen sobre su frente, dándome una vista digna de estar expuesta en el Prado. ¿Cómo puede ser que me sienta tan completa? << Porque el es nuestra felicidad, en carne y hueso, no Axel>> Mierda Axel. Mi cuerpo se tensa. ¿Qué hago ahora? Esta claro que no puedo mantenerme alejada de Max, pero Axel sigue ahí. Sigue en mi vida y mente. Tengo que dejarle de una vez pero sin contarle sobre Max. No quiero que pierda los estribos y haga algo de lo que se pueda arrepentir. Si hay algo que tengo claro, es que Axel odia a Max, con cada partícula de su cuerpo. Pero yo le amo con cada parte de mi ser.
- ¿En que piensas, nena?.
- En nada...
- Venga, cuéntamelo.- Insiste con una sonrisa.
- En Axel. No se como decirle esto.
- Si quieres se lo digo yo. A mi no me importa. - Se ofrece.
- No. Es mejor que me encargue yo de esto.
- Esta bien – Nota lo tensa y despistada que estoy y hace una mueca triste- Que no nos joda el desayuno, Dria.
-Ni loca, me apetece mucho que pagues el festín que voy a darme.
- Me alegro, porque me apetece mucho pagarlo.
Esa frase me recuerda los doscientos euros que me dejó aquel día, después de pasar la noche juntos. No se que hacer, no quiero que me pague por follar. El dice que ha cambiado, pero no puedo olvidar el pasado. Me hizo mucho daño.
- Dria, para de pensar y vístete.
- Deja que yo pague, por favor. - Suplico.
- Ni hablar. Yo te he propuesto el plan.
- Deja que te devuelva los doscientos euros por favor, Max.
- ¿Qué doscientos euros?¿De que me hablas?
- ¿Te acuerdas de la noche que pasamos juntos en mi apartamento? La primera- El asiente afirmativamente y continuo- Me dejaste doscientos euros antes de irte.
- Dria... Estaba molesto... Sabes que no eres mi puta.
- Entonces deja que pague.
- Esta bien. Paga el desayuno, si así te quedas mas tranquila.
Y la verdad que si lo hago, me quedo mucho mas tranquila. De alguna forma ese recuerdo ha vuelto a mi cabeza, después de tres años. Siento que necesito devolverle esos doscientos euros. Una vez ya estamos listos, cojo las llaves y salimos del apartamento. No hemos ido a un sitio de lujo, estamos en un pequeño bar junto a mi casa. Conozco a los dueños, llevan aquí casi el mismo tiempo que yo. Porque al igual que con el coche, tampoco me he mudado. Pedimos el desayuno del día: Huevos cocidos, jumo continental y sándwich mixto. Mientras devoramos tranquilamente nuestro desayuno, su móvil empieza a vibrar sobre la mesa.
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𝐴𝑍𝑈𝐿 𝑂𝑅𝐺𝐴𝑆𝑀𝑂
Teen Fiction𝒀𝑨 𝑬𝑺𝑻𝑨 𝑷𝑼𝑩𝑳𝑰𝑪𝑨𝑫𝑶 𝑬𝑳 𝑻𝑹𝑨𝑰𝑳𝑬𝑹 𝑫𝑬𝑳 𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 𝑬𝑵 𝒀𝑶𝑼𝑻𝑼𝑩𝑬, 𝑬𝑵 𝑴𝑰 𝑰𝑵𝑺𝑻𝑨𝑮𝑹𝑨𝑴 𝒀 𝑬𝑵 𝑬𝑳 𝑷𝑹𝑶𝑷𝑰𝑶 𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶, 𝑬𝑵 𝑳𝑨 𝑷𝑹𝑰𝑴𝑬𝑹𝑨 𝒀 𝑼́𝑳𝑻𝑰𝑴𝑨 𝑷𝑨́𝑮𝑰𝑵𝑨 ¡𝑫𝑰𝑺𝑭𝑹𝑼𝑻𝑨! - Vale. Est...