A la mañana siguiente, me levanto pronto para ir a correr. He decidido que tengo que ponerme en forma para el verano, solo quedan seis meses. Así que tengo que empezar ya. Corriendo paso frente a un gimnasio de mi barrio. Entro y pregunto los precios. Pido cita para Lunes y Miércoles. Solicitaría más días pero mi trabajo no de deja mucho tiempo libre. Me envían un Gmail con el horario, y el nombre de mi entrenador personal, así que sigo con la ruta que tenia prevista. Media hora mas tarde, estoy destrozada. Ni si quiera he sido capaz de volver a casa, directamente veo un banco y me siento.
Saco mi botella de agua de la mochila, y doy un par de tragos largos. Esto del deporte es mas duro de lo que pensaba. Caminando vuelvo a casa. Andando por las calles me doy cuenta, de que hace mucho que no salgo a pasear. Desde que tengo coche no he dejado de usarlo. A lo mejor lo mío no es salir a correr por el momento, pero andar es mas fácil, puedo salir de vez en cuando a andar. Respiro aliviada cuando llego a mi portal. No tardo mucho en subir a mi casa y ver como sufren una doble resaca Leo y Elena. Entro y me los encuentro tirados en el sofá bajo los cojines. El salón esta sumido en una oscuridad total, me dispongo a subir las persianas pero me suplican que no lo haga.
- ¿Se puede saber que es eso que suena? - Pregunto alarmada.
- Mierda, la cafetera. - Contesta Elena.
- ¿Te has dejado la cafetera puesta estúpida? - Pregunto mientras corro a la cocina.
Efectivamente, cuando llego el café esta por toda la encimera, y la cafetera esta rebosando. Que asco. Cojo un trapo y lo humedezco antes de pasarlo por el charco de café. Ahora que lo pienso no se por que tengo una cafetera, si no me gusta el café. Pero una cosa aun mas importante, ¿Quién a comprado café?.
- Elena, la próxima vez estate mas atenta.
- Si señora – Responde llevándose la mano a la cabeza como si fuera un soldado.
- ¿Cuándo compraste el café? - Pregunto sentándome con ellos.
- Ayer cuando os fuisteis. Ya sabes que no puedo vivir sin mi café solo de todas las mañanas.
Pasamos el resto de la mañana a oscuras en el sofá, hasta que mi móvil hace acto de presencia en mi habitación. Aparto a Leo con cuidado de no despertarlo y voy a ver quien es. Cuando el nombre de Axel brilla en la pantalla, se me cierran los pulmones al acordarme de Max en mi cocina. Mierda, mierda, mierda, todo esto me pasa por hacer caso a mis instintos. <<Bueno relájate no puede saberlo>>. Bueno eso es cierto, con cautela descuelgo la llamada. Y su cálida voz me indica que efectivamente no tiene ni idea.
- Hola preciosa. - Me saluda.
- Hola.
- ¿Te apetece salir esta noche a cenar? - Pregunta con ilusión en su voz.
- Pues mira, la verdad que si – Así me despejo de todo este royo de la resaca, Max y los deportes.
- Genial ¿Paso a por ti a las ocho?
- Perfecto.
- ¿Y podemos dormir hoy en mi casa?. Es que me apetece dormir contigo.
- Claro mi vida, te veo a las ocho.
- Te quiero.
- Yo también – Respondo y es cierto, le quiero <<Ya seguro...>>
Dejo el móvil en la mesilla y voy al salón a despertarlos. No me apetece cocinar y ellos supongo que tampoco, así que les voy a sugerir pedir una pizza o algo.
Al final pedimos comida china, no esta mal. Mientras esperamos la comida me cuentan como fue su noche. No puedo contener la risa cuando Leo me cuenta, que Elena se subió a la mesa y les ofreció a todos un baile con alto contenido sexual. Tuvieron que obligarla a bajar por que se quería quitar la camiseta. Elena se ríe, aun que por el color rojo de sus mejillas se que es de vergüenza. Cada cosa que me cuenta Leo me parece mas irreal viniendo de Elena. Ella siempre fue la tranquila, y centrada de las dos. Vale, bebía sin control, pero nunca pasó de vomitar. Me pongo tensa cuando Elena me pregunta por mi noche.
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𝐴𝑍𝑈𝐿 𝑂𝑅𝐺𝐴𝑆𝑀𝑂
Teen Fiction𝒀𝑨 𝑬𝑺𝑻𝑨 𝑷𝑼𝑩𝑳𝑰𝑪𝑨𝑫𝑶 𝑬𝑳 𝑻𝑹𝑨𝑰𝑳𝑬𝑹 𝑫𝑬𝑳 𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 𝑬𝑵 𝒀𝑶𝑼𝑻𝑼𝑩𝑬, 𝑬𝑵 𝑴𝑰 𝑰𝑵𝑺𝑻𝑨𝑮𝑹𝑨𝑴 𝒀 𝑬𝑵 𝑬𝑳 𝑷𝑹𝑶𝑷𝑰𝑶 𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶, 𝑬𝑵 𝑳𝑨 𝑷𝑹𝑰𝑴𝑬𝑹𝑨 𝒀 𝑼́𝑳𝑻𝑰𝑴𝑨 𝑷𝑨́𝑮𝑰𝑵𝑨 ¡𝑫𝑰𝑺𝑭𝑹𝑼𝑻𝑨! - Vale. Est...