¿Quién es Kim JunMyeon? [SuLay-LayHo]

12.

I millions times over, i will always choose you.

JunMyeon se sintió satisfecho cuando YiXing con su cara completa de terror por su cercanía le dijo que sí a su salida, el rubio sonrió y se alejó, no sin antes agregar que le escribiría luego para arreglar un horario y día, el chino por inercia simplemente asintió.

Se sintió completo aquella tarde, saliendo de la biblioteca con su mochila colgando de su hombro izquierdo sonriendo por lo bajo casi ya pensando en que podría pasar un par de horas junto al extranjero y conocerlo más a fondo, casi archivando que preguntar, a donde ir, y que hacer. Caminó hasta su casa, que a pesar de que quedaba algo lejana a su escuela, a veces disfrutaba caminar y que la brisa de la primavera le acariciara las mejillas.

Estaba cansado, claro que estaba cansado, su bebé había estado algo enfermo los últimos días, y esto generaba que por la noche se pusiera incordioso, por lo que acomodó la cuna de su hijo, cerca de su cama para no tener que caminar de habitación en habitación en medio de la noche, molestando a su madre quien aprovechaba ese momento para descansar de todo su largo y tedioso día laboral. Su bebé se despertaba llorando, a veces por la fiebre, y otras veces por el hambre nocturno, aun así JunMyeon aprovechaba cada momento con su pequeño TaeOh en brazos, pues no toda la vida seria un pequeño regordete bebé en pañales.

A veces se levantaba y paseaba por el primer piso, esperando que la leche de formula tuviera la temperatura ideal, su bebé se acomodaba en el pecho, como si conociera la posición perfecta de memoria, movía sus manitas y cerraba sus ojos a pequeños ratos tanteando el sueño otra vez. JunMyeon disfrutaba que luego de su biberón nocturno, y su provechito, su bebé se pusiera mañoso con dormir a su lado, como si el fuera pieza indispensable de un buen dormir.

A veces dormía con la mano a través de las rendijas de la cuna, para que su bebé se durmiera tomando con su pequeña mano alguno de sus dedos que se veian gigantes frente al tamaño de la pequeña extremidad de su bebé. A veces verlo y recordar como llegó lo ponía realmente triste, pero aún así adoraba a su bebé y aunque fueran tan solo unos cinco meses desde que su bebé había nacido y estado con él, JunMyeon ya no era capaz de imaginar como seria su vida sin su pequeño JongDae, como si su vida se hubiera reiniciado de cero con el nacimiento de su bebé.

Había con el tiempo contratado una niñera, algo más grande que él en edad, pero con el tiempo suficiente para ayudarlo con su bebé durante las horas de clases, aquella muchacha era realmente agradable, y parecía caerle bien a su bebé y viceversa. Su madre también estaba encantada con su nieto, pero aún seguía siendo el sustento de aquella familia, por lo que eran reducidas las veces en la que podía dejar a su hijo a cargo de su madre. Kim Joo Mi, así se llamaba la niñera, era realmente comprensiva, y entendió desde el primer momento la situación de JunMyeon, incluso se llevaban bien, y hasta llegaban a ir juntos a las citas al medico del pequeño bebé, o llevaban a pasearlo juntos, el rubio estaba realmente agradecido con la muchacha y se lo hacia saber cada que de improvisto le pedía que lo cuidara un poco más de tiempo, o incluso algún día a la noche para sentirse un adolescente otra vez y salir con sus amigos.

A veces se preguntaba si hacia bien en ocultar a su bebé como si de algún horrible crimen se tratara, y luego reconocía lo crueles que podían ser algunos de sus compañero de cursos, o incluso los desconocidos del colegio, y lo que podrían decir de él o incluso de su bebé, lo aterraba, prefería resguardarlo para él y cuidarlo de todo lo que los extraños podrían decir de él y su pequeño hijo.

Estaba también muy agradecido de MinSeok que aprovechaba cada rato libre para visitarlo, ahora que sabía sobre Oh, y se autollamaba Tio Minnie cada vez que hablaba con su bebé. TaeOh parecía llevarse bien con MinSeok pero rápidamente se aburría de este, pues le hablaba demasiado, y movia de más sus juguetes frente a él, mareando un poco sus ojos, pidiendo luego ser rescatado por su padre comenzando a llorar.