Parte 14

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A la mañana siguiente, cuando Catherine despertó, se dio cuenta de que había perdido otra noche de trabajo, pero no estaba molesta, ya se había resignado a que eso estaría pasando seguido o que sería así de ahí en adelante. Miró a un lado y vio que Elsa continuaba dormida, también vio que había una de sus píldoras en la mesa donde comían y sin pensarlo dos veces, fue directo a ella. Luego de "desayunar" volvió a su mesa de trabajo a seguir construyendo ese escáner.

Elsa despertó un par de horas más tarde. Lo primero que notó fue que la cama de Catherine estaba vacía y que píldora había desaparecido, no había que ser un genio para saber en dónde estaba la chica, la platinada se puso de pie, se arregló un poco y se dirigió al lugar de trabajo de la azabache. La encontró de inmediato, la joven estaba perdida en lo que hacía

– Comiste la píldora que dejé afuera tan pronto despertaste.

– Sí. –Respondió Catherine sin apartar la vista de su trabajo. Aún mantenía esa sonrisa de entusiasmo de oreja a oreja.

– Quiero aclarar que iba a dártela ayer en la noche, pero cuando te encontré ya estabas dormida.

– Seguramente a causa de tu comida, nunca antes me había quedado dormida cuando estoy creando algo.

– Esas cosas que comes no son tan efectivas como crees, dices que te mantienen despierta toda la noche, pero cuando te hice dormir la primera vez, dijiste que ya habías comido una, y aun así te quedaste dormida tan pronto te recostaste en la cama.

– Eso es porque debo mantenerme activa para que la vitamina haga su trabajo de mantenerme despierta, si me mantengo quieta y me concentro en dormir, el efecto de la píldora de mantenerme despierta desaparecerá. Ayer no comí ni una sola, fue la primera vez en toda mi vida que eso ocurre, por eso me dormí; recuerdo que sentí los parpados pesados y quise descansar los ojos un momento, pero cuando los abrí estaba en mi cama.

– Sentí que era mejor dejarte dormir.

– Pronto será mi día de descanso y apenas voy a terminar mi primer modelo, dormir es lo último que necesito ahora. –Esas palabras hicieron sentir a Elsa que la joven sí estaba molesta, pero el brillo en sus ojos más su sonrisa, le hacían dudar.

– Si tienes tanta prisa, déjame ayudarte, ya aprendí lo básico.

– No es suficiente. –Era claro que la chica no iba a ceder, pero entonces Elsa pensó en algo que podría hacerla aceptar su ayuda. Aunque eso significaba dejar de lado sus planes de hacerla dormir y enseñarle a comer comida real.

– ¿Y si te devuelvo tu bolsa de píldoras? -al escucharla, Catherine dejó de trabajar y volteó a verla por primera vez-, déjame ayudarte y te las devolveré, ya no te obligaré a dormir ni hacer que comas. Yo misma le alimentaré únicamente de esas cosas para poder seguir ayudándote día y noche. –La determinación se reflejaba en los ojos de Elsa. No le agradaba mucho la idea, pero pensó que dejar de obligar a Catherine a hacer cosas que no quería podría ser una mejor estrategia, y tal vez, el vivir unos días como ella lo hace, le ayudaría a entenderla mejor.

– Ammm... de acuerdo, acepto, pero ¿Qué pasará con la comida que te trajeron los Northuldra?

– No te preocupes por eso, ya pensaré en algo.

– Bien, entonces no pierdas el tiempo. Trae la bolsa, lápiz, papel, y tal vez querrías ponerte unos guantes de trabajo. –Catherine hizo un pequeño movimiento con las manos para mostrarle a Elsa a qué clase de guantes se refería. Le pareció extraño que no los hubiera usando el día anterior, tal vez era porque recién estaba empezando a construirlo y no eran tan necesarios en ese momento.

¿Cómo hacerle entender?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora