Después de lo que Freydis le había dicho a Elsa sobre Catherine, la platinada no había podido dejar de pensar en eso. Es cierto que desde hace mucho había empezado a tenerle cariño a la joven científica, pero nunca consideró el hecho de que podría estarse enamorando de ella; sin embargo, no podía intentar aclarar sus sentimientos, ya que Catherine seguía encerrada en su laboratorio con su hermana. También pensaba que, no importaba lo que sintiera por la azabache, pues estaba totalmente segura de que ella no sentía lo mismo; no era de las personas que se enamoraran; toda su vida era su trabajo y no tenía lugar para nada más, ya se lo había demostrado muchas veces.
Dentro del laboratorio, Catherine creó un artefacto de realidad virtual, donde su hermana aprendería sobre las cirugías y a diagnosticar a sus pacientes. Puso en él, todos sus conocimientos sobre la medicina; y mientras la mente de Freydis estaba en ese mundo virtual, la joven científica seguía aprovechando el día en terminar su nuevo invento sin más interrupciones.
Durante un par de días, Elsa estuvo pasando por el bosque y conviviendo con sus amigos espíritus, aunque también iba de vez en cuando con la tribu Northuldra y pasar tiempo con Honey. Pero después pensó que, además de Anna, hubo otra persona que pasó tiempo con Catherine durante su infancia. El científico que la mantuvo encerrada toda su niñez. Obviamente no la haría ir a hablar con él; eso podría acabar igual o peor que cuando fueron con sus padres; sin embargo, ella quería conocer a ese hombre, quería ver a aquel que convirtió a Catherine en lo que ahora es. Él tenía la culpa de todo, él y sus padres.
Elsa sabía que aquel hombre, y sus dos cómplices, estaban en prisión. Así que, una mañana salió del bosque, cambió su ropa a una que no llamara la atención y se encaminó a la ciudad; llegó a la prisión y pidió ver al anciano encerrado por mantener presa a una niña. Llevaron a la platinada a la sala de visitas y luego de unos momentos, finalmente tuvo frente a ella a ese anciano, quien no parecía muy sorprendido de verla ahí.
– Tú debes ser Elsa, la hermana de la reina Anna.
– ¿Sabes de mí? Creí que Arendelle ya me había olvidado, o al menos, creído que no soy más que un mito o una leyenda.
– Sí, la mayoría son así, pero otros como yo, sabemos que eres real.
– ¿Sabes por qué estoy aquí?
– Seguramente para hablar de mi pequeña, está en el bosque ¿No es verdad? Aunque es una ciudad grande, los rumores corren rápido, sobre todo tratándose de ella. –El ver su expresión, tan despreocupada y sínica, la hizo enfadar.
– ¿Tienes idea de todo lo que ella ha hecho por no poder distinguir entre el bien y el mal?
– Por supuesto. Catherine lo ha hecho bien, ha hecho exactamente lo que esperaba que hiciera. El único problema que no contemplé, eres tú. Me alegra que hayas venido, desde hace días quería decirte que debes alejarte de ella.
– Alejarme ¿Por qué?
– Porque la estás estropeando. Pasé años en convertirla en lo que es, y tú la estás arruinando. Se rumora que se le vio llorar recientemente; ella jamás llora, jamás lo había hecho. Catherine es más fría que tu hielo y debe mantenerse así. La estás volviendo débil.
– La estoy volviendo humana. Tú trataste de convertirla en uno de esos robots que ella crea, pero yo le ayudaré a recordar que es humana.
– ¿Y para qué? Catherine ha estado perfectamente bien todo este tiempo ¿Por qué intentas cambiarla?
– No está bien que continúe así.
– Elsa, ya deberías saber lo que conlleva hacerle entender y sentir las emociones humanas ¿Qué te hace pensar que ella reaccionaría bien ante eso?
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¿Cómo hacerle entender?
FanfictionAños después de que Elsa se convirtió en el quinto espíritu del bosque encantado, Catherine, una mujer genio prodigio super dotada, entra al bosque con la intención de recolectar muestras y especímenes para su estudio de la magia. La científica ha...