Parte 8

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A la mañana siguiente, Elsa esperó a Catherine en el mismo lugar de siempre, creyó que tal vez la joven podría retrasarse, pero se equivocó, en un instante la chica empezó a acercarse. Su cara no reflejaba tristeza ni odio, de hecho se veía feliz de poder continuar con su investigación, aun así, no sabía cómo la como la podría ver a la cara después de lo que había sucedido la noche anterior, Catherine no entiende que algunas cosas no se deben decir, pero ella sí, dijo algo mientras estaba enojada y lastimó a su amiga, sentía que debía arreglarlo de algún modo.

– Llegaste puntual, excelente. –Dijo Catherine sonriendo, cargando su maleta de siempre.

– Eh... sí, oye... con respecto a... lo que pasó a noche. –Elsa fue interrumpida por la azabache.

– No hay tiempo para hablar, tengo que seguir con esto, las pruebas para medir sus capacidades terminaron, ahora procederé a buscar aquello que les permite hacer magia, eso es lo difícil. –Dijo Catherine.

– Vas a... ¿Qué? –Preguntó Elsa.

– Necesito tomar algunas muestras de ADN de todos ustedes, ya había tonamos un poco de sangre tuya, pero me caería bien una muestra fresca, tengo todo lo que necesito para guardarlas. –Dijo Catherine abriendo su maleta.

– Muy bien, pero antes, tengo algo que decirte, escucha... sobre lo que dije a noche. –Elsa continuó tratando de disculparse, pero nuevamente fue interrumpida.

– Necesitaré una de las escamas de Bruni, un poco del agua que conforma a Nokk, tal vez algunas rocas adheridas al gigante de roca. –Dijo Catherine, aunque Elsa estaba justo en frete de ella, no la estaba mirando, veía a los alrededores buscando a los otros espíritus.

– Catherine. –Elsa trató de llamar su atención.

– Aún no estoy segura como tomaré una muestra de Gale, es difícil ya que en el no hay nada sólido. –Dijo Catherine, aún tenía continuaba con su sonrisa, la platinada no podía decir si la estaba ignorando deliberadamente.

– Catherine. –Continuó tratando de llamar la atención de la joven.

– Tengo una pequeña aspiradora que hice, está diseñada para atrapar un poco del aire del que está hecho Gale, espero que resulte. –Dijo Catherine. Ya que continuaba ignorándola, Elsa la sujetó de los hombros y le habló un poco más fuerte, sin embargo la joven continuaba sin mirarla, ella volteó a otro lado.

– Oye Catherine, por favor escúchame, tenemos que hablar, yo tengo que hablar, tengo que disculpare por lo que dije. –Dijo Elsa.

– ¿Disculparte? –Preguntó Catherine.

– Sí, yo... no debí decir eso, no importa que estuviera molesta, no tenía derecho, sé bien lo que Anna significaba para ti, jamás la lastimarías, no tienes la culpa de su muerte, eso es obvio, jamás debí haber dicho algo así, jamás, lo lamento, en verdad lo siento mucho. –Dijo Elsa, Catherine la miró, aun sonriendo.

– Cuando las personas dan su opinión o dicen algo empujados por un sentimiento, por lo general siempre dicen algo incorrecto, por eso yo digo datos científicos que yo misma investigué, cada dato está probado y puedes tener la certeza de que es verdad. –Dijo Catherine.

– Yo... no estoy segura de que entiendas, sé que te lastimé con lo que dije, Catherine, las palabras hieren, a veces incluso más que los golpes o las armas. –Dijo Elsa.

– Por su puesto que no, las palabras no pueden causar un daño físico así, armas auditivas son otra cosa, pero una simple frase no podría hacer lo mismo que las bombas, balas, o cualquier otra arma. –Dijo Catherine.

¿Cómo hacerle entender?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora