Parte 3

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Después de eso Elsa regresó al bosque encantado, lo primero que hizo fue buscar a Catherine, le preocupaba lo que hubiera hecho en su ausencia, pero para su tranquilidad, la científica no había hecho gran cosa, sólo seguía observando y analizando todo mentalmente. Decidió dejarla continuar sola, ya podría hablar con ella mañana cuando la buscara para seguir con su investigación.

A la mañana siguiente Catherine regresó a la playa donde encontró a Elsa la última vez, para su suerte si estaba ahí, montando el caballo de agua; volvió a esconderse detrás de las mismas rocas, con libreta y pluma en mano, lista para tomar nota de todo, sin embargo un pequeño viento sopló contra su nuca, y justo después, Elsa la llamó.

– Catherine, ven, Gale me dijo que estás ahí, puedes salir. –Dijo Elsa y la científica salió de su escondite. La quinto espíritu aún no sabía qué haría con Catherine, pero estaba dispuesta a ayudarla, sólo sabía que su hermana lo había intentado y entendía que sí había conseguido algo, no mucho, pero algo, y ella también lo haría.

– ¿Quién es Gale? –Preguntó Catherine.

– El espíritu del viento -al ver la mirada de confusión de Catherine, supo que no sabía de qué estaba hablando-, él te lanzó volando en tu primer día aquí, es él. –Dijo Elsa señalando a su amigo.

– ¿Ese montón de hojas cecas voladoras es el espíritu del aire? –Preguntó Catherine.

– No, él es el aire, las hojas sólo son cosas que arrastra a su paso. –Dijo Elsa sonriendo.

– Y se llama Gale ¿La otras criaturas también tienen nombre? –Preguntó Catherine.

– Sí, el caballo se llama Nokk, es el espíritu del agua, la salamandra se llama Bruni, es el espíritu del fuego, y el gigante de roca... bueno al él siempre le he dicho así. –Dijo Elsa, y Catherine comenzó a escribir en su libro, repitiendo lo que anotaba en voz alta.

– Las criaturas extrañas que vi en mi primer día tienen nombres, al parecer cada uno es el espíritu de un elemento de la naturaleza, me pregunto qué pasaría si alguno de ellos muriera ¿Cómo afectaría todo? ¿Los mares y océanos se secarían? ¿El fuego desaparecería o se saldría de control? Tal vez después lo averigüe. –Dijo Catherine terminando de escribir.

– ¡No! ¡Ni siquiera lo pienses! –Dijo Elsa.

– ¿Por qué no? esto es importante, tengo que investigar todo. –Dijo Catherine.

– ¡No! Ellos son los espíritus de los elementos, no puedes capturarlos. –Dijo Elsa.

– Claro que puedo, ya capturé a uno de ellos, pero tú lo liberaste ¿No lo recuerdas? –Preguntó Catherine.

– ¡No DEBES capturarlos! Mucho menos matarlos, sería fatal, te estas metiendo con cosas que no entiendes. –Dijo Elsa, esforzándose por mantener la calma.

– Y por eso investigo, para entender, quiero saberlo todo. –Dijo Catherine sonriendo con un brillo de entusiasmo en los ojos. Después de que dijera eso, Elsa bajó de Nokk y se acercó a la científica.

– Escucha, yo puedo enseñarte todo lo que sé de magia, puedo mostrarte el bosque y más, sólo te pido que no captures a nadie, ni nada, tampoco debes matar nada ¿Está bien? –Dijo Elsa.

– A todo esto ¿Qué eres tú? –Preguntó Catherine.

– Soy el quinto espíritu. –Dijo Elsa orgullosamente.

– Pero sólo existen cuatro elementos de la naturaleza. –Dijo Catherine pensativa.

– Lo sé. –Dijo Elsa.

¿Cómo hacerle entender?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora