Parte 29

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Al día siguiente, cuando Freydis se despertó, Catherine ya estaba de pie trabajando. Aún no entendía qué era lo que su hermana estaba construyendo y, aunque tenía curiosidad, tampoco se atrevía a preguntar; sin embargo, ahora era necesario hablar con ella con respecto al baile que Elsa quería hacer.

– Catherine ¿Tú sabes bailar? –Usualmente la azabache no distrae su atención de su trabajo, aunque las personas le estén hablando, pero esa pregunta le pareció tan extraña que la joven se detuvo en seco y miró a su hermana.

– ¿Bailar?

– Sí ¿Sabes hacerlo?

– ¿A qué viene esa pregunta?

– Elsa pensó que sería divertido hacer un baile aquí en el bosque encantado, pero primero quería asegurarse que tú supieras bailar. Entonces ¿Sabes?

– Jamás he balado, pero he visto cómo se hacer. –La joven volvió sus ojos a su mesa y siguió trabajando.

– ¿Crees que podrás bailar ese día?

– Yo no he dicho que iré.

– Lo hará en tu día de descanso. –Catherine volvió a detener por un momento sus movimientos, pero miró a su hermana y, en un segundó volvió a trabajar.

– ¿Esos significa que estoy obligada a ir?

– Ella... sólo quiere que te diviertas, quiere que... que asistas a su baile.

– No sé bailar, sí he visto cómo se hace, pero mi cuerpo no se mueve de manera parecida; sin embargo, iré si ella lo pide. –Los ojos de Freydis se iluminaron y una gran sonrisa se formó en su rostro.

– Se lo diré, y ella te enseñará a bailar, no te preocupes por nada.

– No me preocupo. Ahora ¿Volverás al mundo virtual?

– Sí, después de que vaya a hablar con Elsa; vuelvo en un momento.

Freydis salió del laboratorio, mientras que Catherine se quedó trabajando. Ella en realidad, no le gustaban los bailes y no entendía por qué Elsa querría hacer uno. Incluso, Anna la había invitado a muchos de esos bailes en el palacio, pero la joven jamás asistió a ninguno; eran demasiadas personas juntas para ella. Sin embargo, pensó que un baile en el bosque no podría atraer a tantas personas, además de los Northuldra.

Fuera del refugio de hielo, Freydis buscó a Elsa, quien estaba en el mar jugando con Nokk; la ver a la joven castaña, se acercó a la orilla y bajó del caballo. Asumió que ya le había dicho a la azabache lo que planeaba hacer y estaba ansiosa por saber la respuesta de Catherine

– ¿Qué dijo ella?

– Bueno, no sabe bailar, así que podrás enseñarle.

– Oh, eh, sí no hay problema con eso.

– Al principio no quería aceptar, pero dijo que si tú se lo pedías entonces asistiría. –Elsa se ruborizó ligeramente.

– ¿Qué yo se lo pida? ¿Entonces quiere que formalmente la invite al baile?

– No quisiera desilusionarte, pero no creo que lo haya dicho en un sentido romántico. Creo que sólo quiere que le digas que tiene que ir, así como le has dicho antes que tiene que dormir, comer comida real o ir a la tribu de los Northuldra por todo un día.

– Ah, entiendo, básicamente quiere que se lo ordene.

– Mmm, tal vez. Dudo que vaya si no lo haces.

¿Cómo hacerle entender?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora