Parte 17

75 17 3
                                    

Catherine continuó revisando su segundo modelo de escáner, Elsa la ayudó al principio, pero luego de un rato, verificó que el alimento de Reinsdyr ya estuviera a una temperatura adecuada; cuando lo comprobó, volvió a preguntarle a la joven si quería alimentar al pequeño reno, pero ella no le respondió y continuó con su trabajo. La quinto espíritu sólo se encogió de hombros ante la negativa, salió del refugio y se encaminó al establo, trató de darle a Reinsdyr de comer, pero él se reusó, ella insistió un par de veces más, pero la respuesta fue la misma. El pequeño no quería que ella lo alimentara.

– Catherine, él no quiere comer.

– Tal vez aún sigue muy caliente. –Catherine había dejado de examinar el modelo 2 y estaba empezando a construir el tercero.

– No, la revise, la temperatura es excelente.

– Entonces no tiene hambre. –Como de costumbre, no miraba a Elsa mientras hablaba, sus ojos estaban fijos en lo que estaba haciendo.

– Sin duda está hambriento, pero no quiere comer.

– Déjalo en paz entonces, ya comerá cuando tenga hambre, sabes que no rechaza mi mezcla de hiervas.

– Él quiere que seas tú quien lo alimente. –Elsa trataba de ser paciente, pero Catherine no se lo dejaba fácil.

– Dije que lo haría después, por ahora estoy ocupada. –Eso fue lo último que la platinada pudo soportar; caminó hacia Catherine notoriamente enfadada, la apartó del escritorio de trabajo y la sujetó con fuerza del cuello de su bata.

– ¡Ahora escúchame! ¡No sé qué es lo que te pasa hoy, pero ya fui demasiado tolerante con esto, ese reno te necesita! ¡Tú prometiste cuidarlo y lo vas a hacer! ¡¡AHORA DEJA A UN LADO ESTA MAQUINA TUYA Y VE A ALIMENTAR A ESA CRÍA!! –Catherine no se mostró molesta por la forma en la que Elsa la sostenía y le gritaba, ella más estaba confundida.

– ¿Estás... molesta?

– ¡¡SÍ, LO ESTOY!!

– ¿Volví a decir algo que te molestara? –En vista de que la chica realmente no entendía, Elsa trató de relajarse para explicarle.

– No, no fue lo que dijiste, es lo que haces, no puedes dejar así a ese pequeño, es un bebé, él te quiere, sólo deja que tú lo alimentes y si no lo haces podría morir de hambre.

– ¿Qué diferencia hay en que tú lo hagas? El contenido de la mamila es el mismo.

– Pero es diferente para él, te quiere a ti, ahora ve y aliméntalo antes de que se enfrié más, tu invento no irá a ningún lado, pero Reinsdyr, él podría morir, prometiste que no dejarías que eso pasara.

– Estoy empezando a sentir algo extraño cuando estoy cerca de él, no puedo describirlo, pero tal vez es mejor que no me acerque por ahora.

– No, no debes alejarte, lo que sea que sientas es normal y sé que no es nada malo, deberías dejar que eso que sientes crezca y entonces sabrás qué es. Vamos, toma la mamila y ve con él.

– De acuerdo, pero no vayas a tocar nada. –Catherine tomó la mamila y se dirigió al establo.

El pequeño reno estaba recostado en el heno esperando el regreso de Catherine. En cuanto escuchó unos pasos acercándose, se puso de pie y permaneció expectante a la entrada, cuando la joven a pareció, Reinsdyr comenzó a saltar de emoción; Catherine lo miró con extrañeza, le hizo señas con su mano pidiéndole que se calmara, luego de que lo hizo, ella se le acercó para darle de comer y Reinsdyr devoró el contenido de su mamila gustosamente. Después de que terminara, la chica se dispuso a marcharse, pero él trató de impedírselo tirando de su bata con sus dientes.

¿Cómo hacerle entender?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora