Elsa no podía creerlo que había hecho; en parte quería creer que todo había sido causa de su imaginación, pero la expresión de Catherine y el silencio que había alrededor le indicaban que no se lo había imaginado. No tenía idea de qué hacer ahora, ni mucho menos qué decir; aunque sólo habían pasado unos segundos, a ella le parecieron horas.
La platinada no era la única en estado de shock, Freydis estaba igualmente sorprendida, además de molesta; tantas horas hablando con Catherine para que accediera al baile, tantos días de práctica, tanta preparación y planeación para nada, el baile recién estaba empezando cuando Elsa la besó. Freydis no era tonta las había estado observando cada día desde que habían comenzado las lecciones de baile, sabía que la platinada deseaba besar a su hermana, lo sabía, lo había visto en sus ojos desde hacía mucho, pero nunca imaginó que realmente lo haría y mucho menos tan rápido y en ese lugar.
El silencio se volvió verdaderamente incómodo, la expresión de Catherine no cambiaba, ni tampoco había movido un solo musculo. Aún Guri, quien no perdía oportunidad de acercarse y hablar con su "hermana mayor" se había atrevido a hacer algo en esas circunstancias. Finalmente, Elsa juntó todo el valor que pudo y se acercó lentamente a la azabache haciendo un ademán con sus manos pidiéndole que se calmara.
– Catherine... escucha, yo.... –No fue capaz de terminar su oración. Al ver que empezaba a moverse, fue como una señal para la joven quien, sin pensarlo, salió corriendo hacia el puente de regreso a la playa, lejos de todo.
– ¡Catherine! – Freydis trató de ir tras su hermana, pero Anton la detuvo.
– Freydis, déjala ir, necesita estar sola un momento.
– ¡No la conoces, estar sola es lo último que necesita ahora!
– La he observado más de cerca de lo que crees, y creo que sé de lo que hablo cuando digo que, a veces, ella necesita estar asolas.
– Yo no lo creo, voy a ir con ella.
– No. Anton tiene razón, debemos dejarla en paz. Cometí un error, yo... no debí.... No me imagino cómo se siente ahora. –Elsa miraba al cielo lamentándose de lo que había pasado.
– Si está confundida es mayor razón para ir con ella. –Freydis no iba a desistir de ir tras su hermana y, al ver que los jóvenes no pararían su discusión, Honey fue con ellos.
– Elsa, entiendo cómo debes sentirte ahora, pero no debes olvidar que hay más invitados aquí. –Su amiga le hizo recordar los modales que debe de tener un anfitrión para con sus invitados, así que hizo un esfuerzo por calmarse e intentar que siguieran divirtiéndose. No los podía echar sólo así. También les pidió a Anton y Freydis que la ayudaran a que el baile siguiera adelante. Ellos aceptaron, aunque la castaña aún quería ir con su hermana.
Cuando Catherine regresó al bosque encantado comprobó que nadie la había seguido, lo cual le provocó otro extraño sentimiento; creyó que se sentiría aliviada al estar lejos de todo eso, pero en su lugar sintió otra cosa, pero no estaba segura de lo que era. para la joven, los sentimientos y emociones eran complicados, no conseguía entenderlos y estaban amontonándose en ella a cada segundo.
Miró a su alrededor y comprobó que estaba sola, sola como antes, como siempre, pero ya no era tan reconfortante. Logró ver a la distancia a Reinsdyr jugueteando con otros animales del bosque; por alguna razón sintió el impulso de ir con él, sin embargo, el hecho de que esa idea le cruzara por su mente la asustó aún más ¿Por qué quería ir tras un animal que no le importaba? Confundida y atemorizada, simplemente continuó corriendo alejándose del lugar; ni siquiera recordó volver a cambiarse de ropa. Catherine no acostumbraba ejercitarse, así que los músculos de sus piernas pronto empezaron a protestar, pero el dolo le sirvió de distracción, por lo que no se detuvo.
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¿Cómo hacerle entender?
FanfictionAños después de que Elsa se convirtió en el quinto espíritu del bosque encantado, Catherine, una mujer genio prodigio super dotada, entra al bosque con la intención de recolectar muestras y especímenes para su estudio de la magia. La científica ha...