Al día siguiente Catherine se había levantado con su humor de siempre, comió una de sus píldoras y siguió con su trabajo, no sin antes haberle dado su mamila a Reinsdyr. Elsa sabía que esa actitud despreocupada y fresca sólo podía significar una cosa: había vuelto a sepultar sus sentimientos. Eso era malo, no le cabía duda, sin embargo, le sorprendía la facilidad con lo que lo hacía; claramente debido a sus años de práctica.
La platinada solventó no hacerle más preguntas ese día y continuar como si nada hubiese pasado. No obstante, una parte de ella quería volver a ablandarla y mostrarle que ahora tenía a alguien que sería su apoyo en sus momentos de vulnerabilidad, pero debía ser más paciente, entendía bien que no debía presionarla demasiado, y vaya que ya había hecho exactamente eso el día anterior.
– Catherine, cuando volví estabas dormida. –Elsa no iba a hacer preguntas, pero eso no significaba que no quería entablar una conversación.
– Sí. –Respondió secamente y sin mirarla, trabajando sin distraerse. La platinada quiso creer era lo hizo porque es lo que hacía normalmente y no porque estuviera molesta.
– Honey me dijo que todo estaba bien, no tienes que ir si no quieres.
– Está bien.
– Guri me escuchó y ella sí que se puso triste -la chica se detuvo un instante y volvió a trabajar-, dijo que te extrañaba mucho.
– No entiendo por qué, sólo fue día el que pasamos juntas.
– Ja, ja, ja, para algunos eso significa más que para otros, pero le dije que querías quedarte para cuidar del reno, eso bastó para que se calmara. –Y eso último bastó para que Catherine se girara a Elsa.
– ¿Qué se calmará? ¿Estaba llorando?
– Algunas lágrimas ¿Por qué? –Elsa conocía perfectamente la respuesta, pero sabía que la joven no lo iba a admitir.
– Nada. –Dicho eso volvió a su trabajo. Esa habría sido una oportunidad que Elsa habría usado para hacer que Catherine se abriera con ella, pero su decisión seguía, no la iba a presionar.
– Je, je, de acuerdo. Como dije, ella se calmó cuando mencioné a Reinsdyr.
– Bien.
– Sí.
Elsa pensó en seguir hablando, pero no encontraba algo que no la hiciera tener la tentación de hacerla hablar se lo sentimientos, por lo que prefirió mantenerse callaba y ayudarle en la construcción del escáner; después de todo, por eso es que estaba viviendo con ella, además de que por su culpa debía empezar desde el principio. A pesar del silencio, ninguna de las dos se sentía tensa, Catherine estaba totalmente absorta en lo que hacía y Elsa no podía perder cuidado en sus movimientos para poder predecir qué nueva pieza o herramienta le pediría; sin mencionar que también debía estar atenta al reno en caso de tener que sacarlo para que pudiera hacer sus necesidades.
El resto del día continuó así, perfectamente tranquilo y sin discusiones. De hecho, el ambiente fue tan tranquilo para Catherine, que estuvo más concentrada y rápida que otras veces que, para el atardecer, ya había avanzado hasta la mitad del aparato; cosa que le había costado varios días con el anterior (seguramente debido a las conversaciones que Elsa se esforzaba por mantener, para acostumbrarla a la interacción humana).
– Será todo por el día de hoy, Reinsdyr necesita dormir.
– Está bien. Hoy avanzaste mucho.
– Es porque no estuviste interrumpiendo tanto, estabas más callada.
– Tenía que dejarte concentrar luego de haber provocado que el escáner anterior explotara.
– También lo creo, ahora hay que prepararnos para dormir. –A Elsa le daba gusto que Catherine tuviera su sonrisa de siempre, pero esperaba que sólo le respondiera con un "gracias", en lugar de darle la razón al decir que todo era su culpa; lo era, pero no esperaba que lo recalcara.
ESTÁS LEYENDO
¿Cómo hacerle entender?
FanfictionAños después de que Elsa se convirtió en el quinto espíritu del bosque encantado, Catherine, una mujer genio prodigio super dotada, entra al bosque con la intención de recolectar muestras y especímenes para su estudio de la magia. La científica ha...