Parte 44

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La planeación de la despedida de la joven científica siguió adelante, Anna también se involucró en ella, después de todo la conocía bien desde pequeña. Elsa había que los preparativos de la cena estuvieran listos en 10 días y así ella y Freydis podrían pasar más tiempo con Catherine. En la mayoría del tiempo sólo paseaban por ahí en el bosque.

Unos días antes de la cena, la azabache liberó los clones de Elsa y Anna de sus capsulas de incubación. Tenía que hacerlo porque sabía que nadie sabría cómo hacerlo cuando ella ya no estuviera, además quería ver sus primeros días en ese mundo. Elsa, Anna, Anton y Freydis fueron a verlas "nacer", todos tenían mucha curiosidad.

- ¿Estás segura de hacerlo ya? Aún puedes esperar unos días. -Freydis estaba emocionada por ver salir a esos bebés, pero al mismo tiempo no quería que pasara ya que era otra señal de que su hermana mayor se iría.

- No, ahora es el momento adecuado, desde hace mucho debieron salir.

Dicho eso, escribió las calves en la computadora, presionó algunos botones y en cuestión de segundos el liquido dentro de las capsulas empezó a drenarse, mientras eso pasaba, Catherine se acercó a ellas con un par de toallas. Una vez que se vaciaron las puertas se abrieron, la joven sacó a los bebés y luego de darles una pequeña nalgada empezaron a llorar.

- Están bien, estos clones son perfectos. Las primeras Seroirepus en el universo. -Le entregó a Freydis la pequeña platinada y a Anton la pequeña pelirroja. La joven castaña sonrió al ver a la bebé.

- Son hermosas ¿Cómo se llamarán?

- Ustedes pueden ponerles nombres si quieren. -Elsa y Anna tomaron su turno para cargar a las bebés y conocerlas.

- No todos los días puedes verte de bebé y cargarte. -La platinada cargaba a su propio clon, era extraño, pero a la vez bastante tierno. Anna se sentía igual.

- Deberías nombrarlas hermana, tú las creaste, tienes derecho a darles nombres.

- Mmm... de acuerdo entonces... el clon de Elsa se llamará... Engla, y el clon de Anna... Astrid. -Elsa sonrió al escuchar los nombres de las pequeñas.

- Son lindos nombres, creo que sí les quedan. -Trató de regresarle a la azabache la bebé recién nacida, pero Catherine se apartó haciéndole una seña con la cabeza para que se la entregara a Freydis.

- ¿Qué pasa hermana? ¿Ya no las quieres cargar? No las pudiste conocer bien.

- Las conozco bien, yo las hice y las traje al mundo.

- Y aun así no las quieres cargar más.

- No es necesario, pronto me iré y ni siquiera recordarán mi rostro, es mejor que los sigan conociendo a ustedes, son los que las verán crecer. -La quinto espíritu volvió a hacer un intento para que Catherine cargara a la bebé, pero la volvió a rechazar.

- ¿Estás segura que no quieres cargarla sólo un momento más?

- Muy segura, ya se los dije, no es necesario.

Anna no dijo nada, ella entendía lo que pasaba, Catherine no se quería encariñar demasiado con las niñas, no si eso significaba tener que sentir otras dos perdidas más el día que se fuera. Las despedidas no eran fáciles para la joven por el dolor que conllevaban. En lugar de tratar de hacer que cargara a su clon, sólo se le acercó, le acarició su cabeza y le dio un pequeño beso en la frente.

Freydis había declarado que esas niñas eran sus hijas así que, ese mismo día, se llevó a ambas con ella a Arendelle. Su universidad aceptó que las tuviera en el campus hasta que se graduara, pues era una excelente estudiante y no querían perder tan buen elemento. Anton iba a visitarlas todos los días, lo que no tardó en levantar rumores de quién era el padre, pero ellos no dejaban que eso los molestara. Si acaso les parecía realmente gracioso (por no decir estúpido) que todos aceptaran sin ninguna duda que Freydis era la madre biológica de las niñas, aunque ninguna se parecía a ella y, antes de que se presentara en el campus con ellas, jamás había mostrado algún signo de embarazo.

¿Cómo hacerle entender?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora