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Enzo se encuentra entre mis piernas.

—Ahhh —gemidos es lo único que escapan de mi boca, mientras arqueó mi espalda y me  dejo llevar por el placer que me da su experta lengua, jalo su cabello y lo guío a mi boca.

Envuelvo mis piernas alrededor de su cuerpo y él entra en mi de una sola estocada, entra y sale de forma rápida y precisa de mi interior, ambos estamos sudados, con la respiración  a mil y nuestros corazones bombeando fuerte en nuestros tórax, en cuestión de minutos  vuelvo a caer en un delicioso orgasmo, el cual es el segundo de la mañana.

Enzo se deja caer encima de mi y lentamente vamos normalizando nuestras respiraciones.

—Bella forma de darme los buenos días mi amor —le hablo coqueta al hombre que amo.

—Ojalá pudieramos estar así todo él día —afirma seguro y con una sonrisa.

—¿Crees que aguantemos así todo el día? —cuestiono.

—Si, porque no —me mira con esos ojos que me vuelven loca —¿Vamos a intentarlo? —propone.

—Bueno si creo que podemos llegar a soportarlo, con mucho gusto de hecho, pero debemos ir a buscar a los niños —le recuerdo entre risas mientras me levanto.

—Tienes razón, pero tenemos tiempo para otro round en la ducha.

Entre besos nos dirigimos al baño, al estar ahí nos comenzamos a bañar juntos, él enjabona mi cuerpo y yo el suyo.

Los años pasan pero si hay algo que no ha cambiado ha sido nuestra conexión sexual, ya no somos tan jóvenes ya que esté año Enzo cumplió los 37 y yo los 32 años, pero de todas formas no perdemos la práctica, sin mencionar que nuestro amor cada día y cada año que pasa solo crece.

Entre caricias y besos me arrodillo delante de él, mirándolo a los ojos lo comienzo a masturbar con mis manos mientras me muerdo el labio inferior.

Él no rompe el contacto y yo lentamente comienzo a chupar la punta, luego voy llenando mi boca con su miembro y él ahora si sin contenerse comienza a follar de forma ruda mi boca, mientras me toma fuertemente del cabello profundizando cada embestida.

Luego de unos pocos minutos así, se corre fuertemente en mi garganta, tras tragar todo me levanto y nos volvemos a besar de forma apasionada, el agua ya comienza a salir fría pero no es como que eso nos importe en este momento, en un rápido movimiento me sube a su cintura, me pega a los azulejos y entra en mí robando un gran gemido de por parte.

Mis pechos suben y bajan sin control, me aferro a su espalda, arañándolo en el proceso y solo soy capaz de gemir, el placer comienza a consumir cada parte de mi cuerpo y el calor se apodera de ambos, las paredes internas de mi vagina lo aprietan y en segundos un arrasador orgasmo hace que me parta en millones de pedazos.

Enzo antes de acabar, sale de mi interior, ya que no queremos tener mas hijos, controlamos nuestras respiraciones y nos terminamos de duchar.

Al acabar nos vestimos y nos dirigimos a la casa de Sam dónde se encuentran nuestros hijos en una pijamada junto a los hijos de ella y Vicky.

En el camino él conduce y vamos tomados de la mano escuchando música.

Desde el nacimiento de Jackson  mi hijo han pasado nueve años ya, es idéntico a su padre, una cosa de no creer realmente, mi hija ya tiene 12 años casi 13, además de bonita es muy inteligente, trae a todos sus compañeros locos detrás de ella, cosa que no pone para nada contento a Enzo, pero se tiene que ir haciendo la idea de que nuestra bebé esta creciendo.

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