CAPÍTULO 3

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Ha pasado un mes de aquella primera salida con Enzo, realmente no es como yo pensaba para ser sincera me esperaba un hombre muy engreído por todo lo que sucede y nuestra diferencia social, pero es genial, de hecho me cuido un montón cuándo recién ...

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Ha pasado un mes de aquella primera salida con Enzo, realmente no es como yo pensaba para ser sincera me esperaba un hombre muy engreído por todo lo que sucede y nuestra diferencia social, pero es genial, de hecho me cuido un montón cuándo recién me colocaron los brackets ya que yo suelos ser muy descuidada. Los mejores momentos en este último tiempo los he pasado con él, siempre salimos y hacemos un montón de cosas juntos, la verdad es que nos divertimos demasiado cuando estamos juntos. Ayer me llevo a un parque de diversiones, jamás había ido a uno para ser sincera y lo disfrute mucho, recuerdo que a mis padres no les gustaba esos lugares tan concurridos.

Me compro un oso gigante, la verdad es que me enamore de ese peluche, nunca había tenido uno tan grande, hoy quedamos en que cuando saliera del trabajo iríamos a su casa a ver películas. La verdad ya tengo suficiente confianza en él y se que estaré a salvo. El restaurante estuvo demasiado lleno hoy, no pude parar ni cinco minutos literalmente me la pase todo el turno de arriba para abajo.

-Ya es tarde Pau vete a tú casa a descansar pequeña -me dice Lorena la encargada de la cocina.

-Pero aún no termino mi horario... -expreso.

-No importa solo saldrás una hora antes, mereces descansar -sonríe sincera -nos vemos el lunes -se despide dejando un beso rápido en mi cabeza ya que uno de los chef la esta llamando.

-Esta bien, muchas gracias... -agradezco ya que realmente estoy agotada.

Me quito mi delantal, tomo mis cosas y le envío un mensaje a Enzo, quién enseguida me responde con un "Ya salgo para ahí" salgo fuera del restaurante y espero paciente su llegada, pasados no mas de unos quince minutos que se me pasaron muy rápido llega Enzo, me subo al auto y cuándo lo voy a saludar nos quedamos mirando durante unos largos minutos, hasta que lentamente comenzamos a aproximarnos, mi respiración se acelera por la expectativa de lo que puede ocurrir a continuación. Él toma mi rostro y de forma lenta une nuestros labios, el beso es tierno, para nada apresurado y me encanta, me encanta lo que él causa en mí, simplemente me hunde en un mar de sensaciones difíciles de explicar.

Luego de separarnos me sonríe -Amo que te pongas así de roja, te ves más tierna que de costumbre -confiesa.

-No estoy roja -digo sabiendo que tiene razón y que si lo estoy, mientras me giro para colocarme el cinturón, eh intentar que disminuya el calor en mis mejillas.

-¿Qué tal tú día pequeña? -interroga con curiosidad.

-Fue un largo día para ser sincera, no paramos ni cinco minutos estuvimos todo el día de arriba a abajo, suerte que ya mañana es sábado y no trabajo -finalizo aliviada.

-Que suerte -se aclara la garganta -quiero...preguntarte algo -lo dice dudando unos segundos, parece estar pensando o formulando su pregunta, no sé decifrarlo con claridad.

-Dime -lo ánimo con una tierna sonrisa, mostrándole mis dientes metálicos, con la intención de que continúe.

-Está bien... ¿Quieres pasar el fin de semana conmigo? - suelta de golpe y parece muy nervioso al liberarse de esa pregunta.

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