CAPÍTULO 12

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Salimos del restaurante y nos dirigimos a un bar que para ser honesta no conozco, en el camino vamos escuchando música con Enzo,  me encanta pasar tiempo con él

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Salimos del restaurante y nos dirigimos a un bar que para ser honesta no conozco, en el camino vamos escuchando música con Enzo, me encanta pasar tiempo con él. Lo miro detenidamente mientras maneja y se ve tan perfecto como siempre, hace rato se quitó la corbata y desabrochó los primeros tres botones de su camisa, se ve súper lindo.

Estacionamos y bajamos del coche al mismo tiempo que los chicos. Cuando nos aproximamos a la entrada hay una gran fila de jóvenes esperando el ingreso, en la puerta hay dos chicos gigantes.

-Señor Enzo, adelante -saluda uno de los chicos y nos da el acceso.

-Hola Jeff y gracias.

Él tipo solo asiente y se hace a un lado para que pasemos.

-¿Vienes seguido? -pregunto en tono bajo para que solo él me pueda oír, pero evidentemente es obvio que si, por algo lo conocen.

Entramos y las luces de colores, la música y el pesado aire me hacen saber que es un buen lugar o que al menos la gente aquí si se divierte.

-La verdad Pau solía venir muy a menudo -habla mientras me toma de la cintura y una jóven muy guapa nos guía por unas escaleras que nos lleva a una zona VIP, desde aquí hay una predilecta vista a todo el lugar.

Los sillones son de un color rojo sangre, hay una pequeña mesa en el centro dónde de seguro dejarán las bebidas.

-¿Qué van a tomar? -nos pregunta la amable chica con una sonrisa.

Los chicos piden y yo por ahora solo pido una margarita.

La joven se va con nuestros pedidos y nosotros comenzamos a charlar muy animadamente, estos chicos son geniales.

Llegan nuestras bebidas y comenzamos a beber tranquilos entre risas, charlas y anécdotas de cuando los chicos eran pequeños.

-Pau vamos a bailar -me propone Sam junto con Victoria.

-Sí, vamos -respondo sin vacilar.

Nos levantamos y antes de que me vaya con las chicas Enzo me toma de la cintura y hace que nuestros labios se unan, es un beso muy demandante y me encanta cuando se pone así.

-Ya déjala, la tienes para ti todos los días -habla Vicky.

-Si es verdad -concuerda Sam -vámonos -me toman de las manos y nos dirigimos a la pista.

Justo están pasando una canción de Reguetón, no soy la mejor pero bailo bien, hay que decirlo. Comienzo a mover las caderas lentamente al ritmo de la música, las chicas hacen lo mismo que yo, pasado un rato estamos muy sedientas, así que nos dirigimos a la barra.

Estoy a punto de pedir otra margarita, pero las chicas me cortan la acción.

-Prueba un sexo en la playa con nosotras -me proponen.

-No puedo chicas, soy menor -les recuerdo en un susurro.

-Nadie lo notará y creeme que no te pedirán identificación -apela Vicky.

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