CAPÍTULO 4

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Despierto por el calor que siento en mi cuerpo, cuando abro los ojos me doy cuenta que estoy literalmente encima de Enzo, él me está abrazando fuertemente, como si su vida dependiera de ese contacto, acción que se me hace muy tierna y verdaderamen...

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Despierto por el calor que siento en mi cuerpo, cuando abro los ojos me doy cuenta que estoy literalmente encima de Enzo, él me está abrazando fuertemente, como si su vida dependiera de ese contacto, acción que se me hace muy tierna y verdaderamente me hace sentir segura, ayer fue una larga noche odio esas pesadillas me dejan un sentimiento amargo en el pecho siempre cuando despierto y en mi mente un remolino de recuerdos que día a día me esfuerzo por olvidar. Me da mucha gracia el escenario aquí presente mi cuerpo es demasiado pequeño en comparación al de él.

Miro por la ventana y ya está muy claro el sol esta muy fuerte, de seguro son como las 10:00 a.m sino me equivoco, intento lentamente moverme pero cuando hago el intento él me abraza más fuerte y suelta un gemido aún en sueños, mientras se ancla en mi cuerpo sujetandome con mas fuerza. Me encantaría seguir así con Enzo la verdad es que estoy súper cómoda y no habría motivo para moverme de no ser por mi inmediata necesidad de ir al baño con mucha, de verdad mucha urgencia.

-Enzo, despierta...-pido, pero él no lo hace -porfi despierta, necesito ir al baño -digo mientras muevo un poco sus hombros, pero él me sigue ignorando, unas terribles ganas de despertarlo a cachetadas se apoderan de mi, sería muy gracioso ver su cara al despertar de esa manera, pero me contengo de hacer esa pequeña maldad y la reprimo con una sonrisa maligna dejando esa idea solo en mi mente.

Lentamente abre sus ojos, dejándome una espectacular vista de sus hermosos ojos verdes en ese momento ya se me olvida ese mal pensamiento de golpearlo, ojalá me atreviera a decirle cuánto me gustan sus ojos, pero me daría mucha pena ya que aunque lo odio admitir soy demasiado vergonzosa a la hora de expresar lo que siento o incluso decir lo que pienso por miedo a ser juzgada o que simplemente la gente se enoje.

-Buenos día princesa -me saluda con su voz ronca y baja de recién despierto, uy que voz hermosa tiene, demasiada perfección para un simple mortal.

-Buenos días -lo saludo tímida y avergonzada, recordando lo sucedido la pasada noche, solo espero que no haga demasiadas preguntas sobre ese evento, ya que definitivamente noo estoy preparada para esa charla, al menos no ahora.

-¿Pasa algo? ¿Estás bien? -interroga alarmado mientras se despierta del todo y se incorpora en la cama analizando mi expresión.

-Si, estoy bien -digo tímida y aún en sus brazos -es solo que necesito ir al baño con urgencia, pero no me dejabas mover de tú lado y tal parece que tienes un sueño muy profundo -respondo haciendo énfasis divertida en "muy" pero es la verdad.

-Oh perdón, adelante -me suelta de inmediato entendiendo claramente la situación y prácticamente corro al baño en el momento que quedo liberada de sus fuertes brazos.

Al entrar y hacer mis cosas me miro en el espejo y estoy hecha un asco, tengo unas terribles ojeras, lagañas en los ojos y mi cabello parece un nido de pájaros, no puedo creer que me haya visto así, esto esta muy mal ¡Mierda! porque no puede ser como en los libros o en las películas que las chicas siempre se despiertan todas diosas empoderadas y perfectas. Ahora mismo me da mucha pena salir del cuarto de baño, me da vergüenza que me haya tenido que ver en este estado y ni siquiera sé cómo tuve el coraje de pedirle que se quedará conmigo anoche que estúpida. Ya estoy considerando que quedarme por siempre encerrada aquí no es una tan mala idea, pero debo descartar esa tontería rápidamente .

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