CAPÍTULO 14

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Estoy llegando a casa y cuando pasamos el gran portón de la entrada ya consigo ver el auto de Vicky.

Entro a casa y las chicas están en la sala, voy a abrazarlas.

—Hola chicas —la saludo.

—Hola Pau —me saludan a la misma vez.

—Vamos a tú habitación Pau —habla Sam —debemos hablar cosas de chicas —dice mientras mira a Mateo quién se encuentra en el umbral de la puerta, mirándonos con desconfianza.

—Oh si vamos.

Las guio por las escaleras a mi habitación, cuando llegamos entramos y ponemos seguro a la puerta.

—¿Cuál es el plan?

Vicky me hace un gesto con su dedo y pone música en su celular, le sube el volumen.

—Ahora si, mira este es el plan.

Nos juntamos y ellas me lo comienzan a contar, cuando ya tenemos todo planeado me dispongo a buscar ropa. Guardo en una mochila unas hermosas sandalias de taco, una mini falda de colo rojo que es de latex y un tops de color negro con encaje, también guardo mi perfume y maquillaje.

Al tener todo guardado comenzamos el plan, Sam sale de la habitación y se va a el gimnacio de la casa que está del lado opuesto de mi habitación, cuando llega comienza a gritar como loca psicópata.

—MATEOOOO —grita mi amiga una y otra vez.

El ya mencionado sube corriendo las escaleras y va a la habitación de dónde vienen los gritos, en ese momento Vicky y yo bajamos las escaleras para dirigirnos a la salida.

—MATEO EL RATÓN, ESTA AHÍ AHHHHH —continua gritando Sam.

Con Vicky nos reímos por lo bajo y salimos a su auto, yo entro en la cajuela del auto de ella y Vicky va a buscar a Sam.

Me quedo en silencio durante algunos minutos, hasta que escucho la voz de Mateo y las chicas.

—Tranquilo Mateo Pau, está muy cansada y ya se acostó a dormir, por eso no vamos.

—De acuerdo —habla no muy convencido el chico, no puedo ver la situación pero me imagino su rostro.

—Ey ya te dijimos que está durmiendo en su habitación, ¿Por qué revisas los asientos del auto —le reclama Sam.

—Vamonos amiga, todos los guardaespaldas son igual de estúpidos.

Siento como cierran las puertas del auto y ponen el auto en marcha, conducen un poco para alejarse de la casa y se detienen para sacarme de ahí.

Parecemos unas locas.

—Misión cumplida —grita emocionada Sam.

—Ahora siii, que comience la noche —habla Vicky mientras nos volvemos a subir a el coche y nos vamos a el departamento de Sam.

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