Capítulo 4

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Amanecí con el aliento áspero de alguien en el cuello que me hacía cosquillas, me apretujé al cuerpo de mi pareja que me rodeaba con el brazo y abrí los ojos lentamente para dirigir mi mirada al reloj que había en la mesita de luz

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Amanecí con el aliento áspero de alguien en el cuello que me hacía cosquillas, me apretujé al cuerpo de mi pareja que me rodeaba con el brazo y abrí los ojos lentamente para dirigir mi mirada al reloj que había en la mesita de luz. Me tenía que levantar para ir a trabajar, así que, con cuidado, me separé del agarre y salí del cuarto en puntitas de pie para no despertar a Roy.

Era sábado, los fines de semana trabajaba como mesera mientras que en la semana estudiaba, no me quejaba porque eso me ayudaba a mantener en pie mi vida y la de mi hija. Sin embargo, mi dinero no era lo único que me salvaba, ya que, aunque no quisiera del todo, Marvin contribuía junto con Tiff. Me negué muchas veces, pero ellos nunca desistieron, odiaba deberles. Marvin trató de convencerme diciendo que sería la paga al subarrendarle la casa, con permiso de la dueña original, en la que él también vivía, no obstante, seguía sintiendo que le debía.

Bajé hasta la cocina para prepararme un café cuando escuché un ruido a mis espaldas, me giré sobre mí misma tras dejar la cafetera haciendo su función y enarqué una ceja al toparme al mismo chico molesto del día anterior allí con una taza en manos.

—Lindo conjunto —sonrió de costado mirándome de arriba a abajo y me tapé lo que se me veía con la bata—. Noche atareada, eh. La pobre cama no tiene la culpa de sus problemas.

El calor subió hasta mis mejillas por lo que acababa de decir. Al final, cuando terminó la película, Roy y yo habíamos tenido nuestro merecido momento a solas. Lo que no sabía era que Matthew estaba allí para escucharlo todo. Me pasó por un lado y limpió lo que tenía en su mano izquierda para guardarla en una de las estanterías. Yo solo me quedé embobada observándolo, cuando él sintió mi mirada giró su cabeza en mi dirección y corrí la mía.

—No tienes por qué avergonzarte, ni que fuera la primera vez que lo escuchaba viniendo de ti.

Definitivamente, me puse más roja de lo que ya estaba, aunque traté de disimular mi abochornamiento agregándole leche a mi café mientras lo revolvía con una cucharita.

—Para que estés más tranquila, no invadiré tu casa ni tu espacio. Era tarde y como Marvin se iba a quedar en casa de Tiffany con Violet me dijo que me hospedara por esta noche en su habitación. Me iré cuanto antes. —Lo último lo dijo con un dejo de amargura para luego retirarse.

¿Y si quería que se quedara?

Sí quieres.

No sabes lo que quiero.

Más que nadie cariño.

Ya andaba extrañando a esa estúpida conciencia. Avancé unos pasos para toparme con Matthew sentado en el sofá mirando fijamente la pantalla de su celular, tomé aire y mordisqueé mi labio, nerviosa.

—¿Tienes dónde quedarte? —pronuncié detenidamente.

Él se encogió de hombros.

—No te preocupes por eso, pasé mucho tiempo de la misma forma, digamos que soy un nómada.

Our Demons✔ [Dementia #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora