Capítulo 1

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Sangre

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Sangre....

¿Otra vez aquí?

Me encontraba frente a un cadáver, bueno, no solo uno; y con el arma homicida en mi mano mientras trataba de sacarme la sangre de mi ropa blanca lavada esa misma mañana.

Yo suspiré frustrada sentándome en una silla a la vez que me sacaba los zapatos para tener un contacto directo con lo espeso en el suelo con olor metálico que inundaban mis fosas nasales. Me pasé las manos por el pelo con rapidez sin que me importara mancharme.

—¿Y ahora qué?

Lo que me había preguntado toda mi vida a mi propio subconsciente lo volvía a hacer...

Para entender esto creo debería volver al inicio de la segunda parte de esta historia.

Él estaba frente a mí, apoyado en el marco de la puerta y pensé que, definitivamente, había perdido la cabeza o que me despertaría de un sueño agitada y sudando, pero nada de eso parecía que estaba sucediendo

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Él estaba frente a mí, apoyado en el marco de la puerta y pensé que, definitivamente, había perdido la cabeza o que me despertaría de un sueño agitada y sudando, pero nada de eso parecía que estaba sucediendo. Era real, la situación, las personas, las palabras, estaba vivo y no sabía si pegarle o abrazarlo.

—¿Qué mierda? —fue lo que logré pronunciar entre balbuceadas sin sentido.

Mis ojos no miraban un lugar fijo, sino que viajaban desde el cabello de Matthew hasta sus zapatos algo desgastados y sucios.

Todo en él lucía distinto, o tal vez era que el tiempo me había cambiado la visión. Lucía igual de guapo, sin embargo, sus ojos celestes grisáceos parecían haber perdido ese brillo característico, bajo ellos había acentuadas unas grandes ojeras, su pelo era un desastre y estaba más largo, su piel era aún más pálida y se notaba que había estado poniéndose aún más en forma. Su piercing había desaparecido siendo reemplazado por el tatuaje de la M en su brazo derecho. Hasta su voz sonaba distinta, como...ausente, pero igual de varonil.

—Diría que no está para hablar de nada aquí afuera. —Respondió con poca importancia mirando hacia ambos lados de la casa— ¿Puedo?

—Claro, sí, revives de la nada luego de pensar que habías muerto y haber derramado litros de lágrimas por ti. Pero llegas a mi casa en un momento sin previo aviso, con mi mejor amiga, y yo debo dejarte entrar. ¿Quieres un café de paso? —sentí una gran regresión al pronunciar todas esas palabras.

Our Demons✔ [Dementia #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora