Capítulo 19

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Desplegué mis párpados acostumbrándome lentamente a la luz del día que entraba por la ventana abierta

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Desplegué mis párpados acostumbrándome lentamente a la luz del día que entraba por la ventana abierta. Solté un gruñido rodando para un costado y tratando de cubrirme con mis manos el rostro.

—Así que te dignaste a despertar —habló la voz de mi amiga que al parecer ya estaba de pie y mucho más activa que yo.

Estaba por cerrar mis ojos otra vez para seguir durmiendo, pero ella tenía otra idea completamente distinta a la mía, ya que tomó por los tobillos y empezó a arrastrarme hacia abajo mientras yo me aferraba a las sábanas que se iban cayendo junto conmigo.

—¡Para! —chillé intentando no seguir siendo arrastrada

Pero a pesar de mis quejas ella no frenó, así que yo me incorporé a regañadientes y la detuve lanzándole un almohadón por la cabeza. Tiffany me liberó por fin y se cubrió el rostro soltando una carcajada.

—Te odio —mascullé cruzándome de brazos.

—Ambas sabemos que eso no es cierto.

Me puse sobre mis rodillas apoyando mis manos en mis muslos mirándola con mala cara, su respuesta fue sonreírme con la boca cerrada.

—¿Qué hora es? —pregunté con un tono jocoso.

—Hora de que salgas de esa cama. —Respondió burlona.

Volqué los ojos e hice lo que me dijo, de manera muy obligada ya que sabía que sino comenzaba a moverme Tiffany era capaz de lanzarse encima de mí para que me levantara de una vez.

Había dormido con el vestido así que no se sentía muy cómodo por la manera en que se había arrugado y desacomodado.

—Madeline, te veo hasta los demonios, bájate el vestido o quítatelo y ya —me advirtió ella, divertida, mientras cepillaba su cabello.

Rindiéndome, me pasé el vestido por encima de los brazos y me lo saqué para cubrirme con algo más cómodo. La definición de eso era la primera ropa que encontrara en el armario de mi amiga y que combinara, porque podría estar soñolienta pero nunca me faltaba lo diva. Terminé decidiéndome por unos vaqueros de tiro alto y un buzo violeta con una mariposa rosa en medio. Agarré mis tenis y me los coloqué para después acercarme al espejo que había en el enorme tocador con luces de Tiff y me peiné tarareando una canción que estaba dando vueltas en mi cabeza.

—So I put my hands up. They're playing my song, the butterflies fly away —se acopló a mí, la rubia.

Comenzó a mover su cabeza de un lado al otro acompañado de chasquidos y yo la imité. Entonces, estábamos las dos moviéndonos frente a nuestro reflejo y utilizando una brocha y un cepillo como micrófonos.

—Yeah, it's a party in the U.S.A. —Canté.

—Yeah, it's a party in the U.S.A. —me siguió Tiff.

Our Demons✔ [Dementia #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora