Our Demons✔ [Dementia #2]

Capítulo 21

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Luego de lo anteriormente sucedido, ninguno tocó más el tema, como si se hubiese evaporado en el aire, y yo lo preferí así. Solo pasamos un momento en familia agradable, Marvin se había ido a pasear con unos amigos, de los cuales no tenía idea, y me quedé sola con Roy y Violet que estaban hablando enérgicamente sobre My Little Pony, una de las series favoritas de mi hija y la que Roy veía de vez en cuando para darle el gusto a ella.

—¡Rainbow Dash es mejor! —reclamó mi pequeña.

—Pues yo prefiero a Applejack. —Espetó Roy.

Ella hizo un puchero pronunciado que me hizo reír y del que Roy se burló haciendo enojar más a la rubia que le pegó suavemente en el brazo. Él estrechó su mirada hacia ella y su reacción fue abrir los ojos como platos y salir corriendo. El chico la persiguió hasta que logró tomarla entre sus brazos y subirla al hombro como una ligera pluma. Un chillido divertido salió de la boca de Violet y Roy la bajó en el sillón para hacerle cosquillas, mientras ella se retorcía de la risa. Yo me quedé en silencio observando maravillada esa linda escena.

Él había hecho lo que Matthew no, le había dado un padre a mi hija, esos nueves meses se había comportado excelente conmigo y con ella, brindándonos ese cariño que faltaba. No de un amigo, no de una amiga, sino de una pareja y una figura paterna en la que confiar.

Y no me arrepentía, a pesar de todo el dilema que se había encargado mi mente de hacer. Eso que me había cuestionado se disipó al ver eso frente a mis ojos. No podía echarme atrás, solo iría por otro rumbo, sin desviarme, siempre mirando al frente. No quería volver a echarlo a perder a todo. Esa vez sí iba en serio y más en serio incluso que más que antes.

Tres días casi enteros había sobrevivido como una persona común y corriente, de hecho, hasta había ido a una reunión de padres sin querer echármele a nadie encima. Iba evolucionando. Las clases en la universidad, en la cual recibí tarea extra por mi ausencia, fueron hasta más sencillas al dejar mis problemas de lado que se iban pulverizando y quedando sepultado poco a poco. No había retrocedido, no me había fijado en lo que había dejado, tampoco me hacía falta.