Capítulo 39 (Parte Uno)

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—Sprouse despierta —escuché decir una voz a mi lado

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—Sprouse despierta —escuché decir una voz a mi lado.

Mis párpados comenzaron a desplegarse con detenimiento y mis sentidos empezaron a activarse. Lo primero que vi fue un rostro familiar bastante magullado con una venda caída, que al parecer antes estaba tapando su boca, después sentí como mis muñecas y pies estaban atados con sogas alrededor de las sillas de metal a las que nos encontrábamos ambos aprisionados.

—¿Estás bien? —me preguntó Matthew con genuina preocupación.

—Estoy viva, sí. ¿Bien? Creo que no es el término que yo utilizaría.

—Lamento lo de Roy.

—Cada cosa que toco, muere. Es como si tuviera una especie de maldición con la que debo vivir. Aunque traté, no conseguí que él fuera la excepción. Debí saber que pasaría y no tendría que haberlo metido en mi infierno.

—No fue tu culpa.

—Sí lo fue.

—No, fui yo quien nos hizo esto.

—Matthew...

—Ya cállense, que patéticos se ven culpándose uno al otro —se quejó alguien quien antes no había notado.

Theo Petsch yacía allí en frente de nosotros dos puliendo concentradamente un cuchillo hasta que estuviera reluciente. Cuando terminó, se fijó en mí.

—Has sido muy ingenua, Madeline, esperaba grandes cosas de ti. No acabar muerta con tu pareja en un inmenso galpón en el cual nadie los encontrará.

—¿Por qué no nos han asesinado aún?

—Ojo por ojo, Madeline, ojo por ojo.

—¿A qué te refieres?

—¿Asesinaron a los nuestros mientras ellos dormían? No, sería injusto que ustedes sí. ¿Piensan que les daremos paz? ¿Qué les rajaremos un tiro por la cabeza como con su amiguito? Por favor.

La forma en que lo dijo hizo que me removiera violentamente en el asiento, lo que le provocó una estúpida risa al hermano de mi mejor amiga. Que irónico, ¿cierto?

—Si Tiffany se enterara...

—No lo hará, nunca lo hizo, ¿verdad? Ni siquiera sabe que es a lo que se dedica su padre. Tal vez tenga sospechas porque no es idiota, pero no encontrará ni una prueba que nos conecte contigo.

—Eres un enfermo.

—¿Y ustedes? Van asesinando a cada persona que se les cruce por la vista.

—Eso no verdad.

—¿Ah no?, ¿Entonces?

—Nos deshacemos de aquellos que se lo merecen.

—¿Y quiénes son ustedes para decidir eso? ¿Dios? —él soltó aire por la nariz en forma de risa—. No somos tan diferentes de lo que quieres creer. Cuando asesinas a alguien malo. Un asesino. ¿Hay uno más o uno menos? ¿Tú que crees Madeline? ¿Acaso no te convierte en una asesina eso?

Our Demons✔ [Dementia #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora