Capítulo 2

51 8 0
                                    

Al separarme de Matthew, pude ver su rostro confundido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al separarme de Matthew, pude ver su rostro confundido.

—¿Por qué...

—No, simplemente... —me mordí el labio inferior agachando la cabeza.

Él tomó mi mentón y me obligó a observarlo directo a esos perfectos ojos. Mi respiración se entrecortó al sentir como me atravesaba el alma.

—No puedes hacerme esto, no es así de sencillo Matthew. —Suspiré pesadamente— ¿Por qué?

—Lo sé, entiendo, pero voy a explicártelo todo, solo que no ahora, parece que hoy estás de fiesta. —Sonrió de costado y yo forcé una sonrisa corriendo la mirada.

—Sí, es cierto, así que mejor voy a terminar de preparar todo.

Dicho esto, me puse de pie y me dirigí a la cocina dejando solo a los hermanos. Minutos después, la rubia, que antes había subido, se me unió.

—No estoy alucinando, ¿cierto? —preguntó y me giré para enfrentarla; ella notó lo afligida que estaba y me envolvió en un abrazo.

—No entiendo, no comprendo Tiff, ¿Cómo pasó esto? —mi voz se quebró al devolverle el abrazo.

—Él habrá tenido sus razones para hacer lo que hizo, lo conoces, es muy... impredecible.

—Es cierto, sin embargo...

—Ya lo entenderemos, estoy segura.

Estuvo un segundo acariciando mi cabello y cuando me fue suficiente, me separé de su agarre y me volteé nuevamente para preparar los últimos emparedados hasta que sonó el timbre.

Traté de relajarme y fui directo a la puerta para tomar el picaporte y abrir.

Un mierda suave se escapó de mi boca al ver quien estaba del otro lado, Roy.
Ahí estaba él con su cabello castaño bien peinado hacia atrás, sus facciones medianamente marcadas, su barba bien recortada que cubría su mandíbula firme, su hendidura en la barbilla, sus ojos verdes dulces observándome, su camisa blanca abierta arriba, sus pantalones negros ajustados y un regalo en sus manos; como se encontraba sonriendo se le hacían unos tiernos hoyuelos.

Ya que yo estaba allí parada sin decir nada, él frunció el ceño, extrañado.

Cuando reaccioné, sacudí la cabeza levemente y le sonreí, entonces él sonrió nuevamente.

—Hola preciosa —me dio un beso en la mejilla mientras yo lo dejaba entrar.

En cuanto cerré la puerta pude sentir la tensión en el ambiente.

El mayor de los hermanos Hendrix detallaba seriamente a Roy, el menor los vigilaba a ambos como si estuviese listo para evitar una pelea y el chico de ojos verdes tenía un aura de incomodidad al sentir la pesada mirada de Matthew.

Our Demons✔ [Dementia #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora