El Regreso.

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Realmente los muggles la tienen difícil, exclamó Siruis al mirar a un hombre que llevaba con dificultad tres grandes maletas.

Ese es un muggle complicado, algunos se la ingenian un poco mejor, añadió Gilbert.

Harry sonrió ante la cara de incredulidad de Siruis.
Se levantó de su asiento una, dos y hasta tres veces. Miraba su reloj constantemente.

Harry, me estás mareando. Le espetó Siruis.

El vuelo se debe haber retrasado, ¡ya relajate! . Le regañó Gilbert.

Yo todavía no comprendo como Hermione siendo una bruja decide volar en uno de esos artefactos Muggles. Volvió a decir Siruis.

¡¡Isshh!! Chistó Harry a Siruis al ver que una anciana miraba bastante alarmada a Siruis. El aeropuerto está repleto de muggles, quieres hablar más bajo.

Siruis subió los hombros en señal de que le daba igual que lo escucharan.

Harry seguía mirando su reloj constantemente, pero ahora trataba de no levantarse.
Cuando por fin vio a Hermione salir por uno de los pasillos. La chica venía acompañada por Camille.

¡Hermione! Exclamó Harry y corrió junto a ella. No podía evitar la felicidad que sentía al sentir a Hermione por fin cerca de él. La abrazó con la misma intensidad de aquella noche que se despieron en Francia.

Bueno, déjanos un poquito a nosotros. exclamó Siruis.
Harry se apartó y aprovecho para saludar a Camille.

Hermione presentó a Siruis a Camille y los cinco se pusieron en dirección a la casa de Grindmund Place.

Siruis tomó el bolso en donde Hermione traía a Crooksanks.
Pobre amigo, esa bruja que te cuida te hizo viajar en esa cosa horrible. Le dijo Siruis al gato. Crooksanks maulló en señal de que estaba de acuerdo con Siruis y molesto con Hermione.

Por cierto, tú no traes esos incómodas cajas con ruedas que usan los muggles, dijo Siruis quien advertía que Hermione solo traía un pequeño bolso de que colgaba de su brazo.

¿Caja con ruedas? Preguntó Hermione.

Maletas, le explicó a Harry.

Hermione sonrió. Y levantó su pequeño bolso. Soy bruja, ¿recuerdas?

Pues no pareces porque torturas al pobre gato viajando en esos inseguros artefactos muggles.

Crooksanks volvió a maullar.

Pues son más inseguras las motos, añadió Hermione.

¡Bahhh! Exclamó Siruis sonriendo.

Harry también sonrió. Era perfecto tener a Hermione de regreso.

Cuando se cercioraron que nadie los veía se desaparecieron del aeropuerto y aparecieron en la casa de Grindmund place.
Kreacher ya tenía listo el almuerzo.

Extrañé tanto tu deliosa comida, Kreacher, dijo Hermione cuando había terminado con su plato.

Harry carraspeo la garganta.

La tuya también, Harry. Dijo la chica con una gran sonrisa.

Terminaron de almorzar y al cabo de un rato Camille y Gilbert anunciaron que se retiraban para que Camille pudiera acomodarse en su nuevo apartamento con Gilbert.

Siruis anunció que también debía de marcharse por un rato.
Harry y Hermione quedaron solos en la casa de Grindmund Place.

Ambos se fueron a la sala y se sentaron en el sillón que estaba al frente del collage que Hermione había hecho años atrás.

Hermione al entrar a la habitación pasó la mano por las fotos y suspiró. Extrañé tanto este lugar.

Y nosotros te extrañamos a tí, dijo Harry mientras se sentaba en cómodo sillón. La chica se sentó junto a él y recostó la cabeza sobre su hombro.

A dónde iba Siruis con tanto misterio, preguntó Hermione.

Bueno, yo supongo que sale con Madame Rosmerta, dijo Harry con diversión.

¡Con Madame Rosmerta!, ¿tú crees?
Y si es así por qué lo esconde.

Harry se encogió de Hombros. Tal vez porque ella es un poco mayor, añadió.

Qué tontería, dijo Hermione.

Harry comenzó a poner al día a Hermione sobre todos los nuevos acontecimientos que sucedían con cada uno de sus amigos, el ministerio de magia y el menos agradable para Harry, la sospecha de nuevos mortifagos.

Son cada vez más extraños los hechos que suceden. Siruis y yo sospechamos que se está dando una nuevo levantamiento de Mortifagos.

Hermione se estremeció y su rostro palideció ante las palabras de Harry. ¿Tú crees qué...? ¿Pero quién los reune? ¿Para qué?

Harry la abrazo. No sabemos, eso es lo que necesitamos descubrir, pero todo va estar bien, dijo estas palabras como si intentara proteger y tranquilizar a un niña pequeña y estrecho aún más a Hermione junto a él.
Cambiemos de tema, ya en la oficina te daré todos los detalles que hemos encontrado. ¿Cuándo regresas al ministerio?

El lunes tengo entrevista con Kingsley. Quiero una plaza en el departamento de aplicaciones de la Ley Mágica.

Sería un tonto si se niega, dijo Harry sonriente. Ella le devolvió la sonrisa y ahora era ella quién se pegaba más al cuerpo de Harry.

Ambos se quedaron en silencio. Estaban tan cerca uno del otro que Harry podía sentir el aroma a miel del cabello de Hermione. Al aspirar ese aroma que tanto le gustaba dejó escapar una pequeña sonrisa.

Hermione llevaba puesta una blusa que dejaba al descubierto sus hombros y largo cuello. Por un momento Harry sintió el deseo de inclinar su cara junto a ese cuello y hombros que le parecían tan tersos.
Sacudió la cabeza de golpe y alejó un poco su cuerpo de Hermione. Debes estar cansada del viaje, exclamó.

Sí, tienes razón dijo Hermione quién ya empezaba dormirse en los brazos de Harry.

Hermione se incorporó perezosamente, acarició el rebelde cabello negro de Harry y le anunció que se iría a descansar a la habitación.

Harry se quedó sentando en el sillón inmóvil, no comprendía la sensación que le había provocado Hermione. Su amiga siempre le había parecido una chica linda, pero en Francia notó que estaba muy guapa, no por la ropa y el maquillaje. Había algo en ella que la hacía lucir más radiante.
Y esa sensación que había tenido en ese momento, de verdad él había sentido deseos de besar la piel de su amiga.
Un maullido lo sacó de sus pensamientos. ¿Quieres comer? Vamos que busco tu comida.

Siempre tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora