La Orden Del Fénix

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Se dirigía a la recamara, estaba fatigado y la imagen de los aurores muertos se le había quedado grabado en la memoria, por más que lo intentaba no dejaba de ver cuerpos inertes. La luz de la habitación de Hermione se encontraba encendida y la puerta estaba medio abierta. Harry no pudo evitar echar un vistazo y acercarse a ella. La chica estaba profundamente dormida, todavía llevaba los zapatos puestos, estaba a medio cobijar y un libro tirado a su costado. Harry le quitó los zapatos y la cobijó. Hermione seguía dormida. Se acercó un poco más y le dio un beso en la frente, se iba a retirar cuando Hermione lo tomó de la mano. Para Harry fue reconfortante sentir la mano tibia de Hermione.

Quédate conmigo susurro la chica.

Harry se acostó junto a ella sin pensarlo mucho.

Harry, qué ha pasado. Volvió a decir la chica e intentaba incorporarse.

Harry la detuvo mientras le acariciaba el rostro. Mañana te cuento. Le susurro al oído, mientras aprovechaba para besarle el cuello y las orejas. Poco a poco desnudó el tibio cuerpo de Hermione.
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¡Harry, Harry! ¡Levántate!

¿Qué haa pasado? Se incorporó de golpe con el corazón agitado.

¡Shh! le chisto Hermione.

Siruis te busca. Vístete rápido. Dijo la chica mientras también se vestía. No te olvides de los zapatos.

Acuéstate y hazte el dormido, yo abro la puerta.

Harry obedeció las instrucciones de Hermione.

La chica abrió la puerta. Siruis, Harry está aquí. Hablamos hasta tarde a noche y nos hemos dormido.
¡Harry! Pobre debe estar cansado.

Harry espero que Hermione lo llamara dos veces para disimular que se despertaba.

Su sorpresa fue mayor cuando al abrir los ojos descubrió que Ron estaba detrás de Siruis y no lo miraba con buena cara.

¡Hola! ¿Qué hora es? Dijo Harry.

Harry la orden ya viene en camino, respondió Siruis.

Con su actuación de sorprendido en cuanto pudo salió de la bochornosa habitación. Al poco rato tal como lo había anunciado Sirus, la Orden del Fénix estaba completa. Todos se miraban con un gran desasosiego, nadie se imaginó que en algún momento la orden se tuviera que volver a reunir.

Harry se percató que habían miembros anteriores y nuevos como Gilbert y Hellen. Gilbert hablaba a solas con Sirus en la cocina, se dirigió hacia ambos y cuando estaba lo suficientemente para escuchar la conversación entendió que Sirus intentaba averiguar si Gilbert había recordado algo.

Lo intento, pero nada. Mi memoria está vacía.

Bueno, tal vez luego lo logres dijo Sirus dando una palmada en el hombro del muchacho.

Me alegro ver que estás mejor, dijo Harry a Gilbert.

Gracias, respondió Gilbert. Estaba ya listo para marcharse de la cocina, pero Harry lo detuvo.

Gilbert entiendo que Hellen sea tu novia, pero lo que se trata en la orden del Fenix son asuntos delicados. Dijo Harry sin muchos rodeos.

¿Qué quieres decir? Respondió Gilbert y le dirigió a Harry una mirada retadora.
Piensas que Hellen no puedo estar aquí porque no es una aurora o porque no es parte de tu club de admiradoras.

Harry no daba crédito a lo que escuchaba, acaso es que Gilbert no comprendía lo delicado del caso.

Mira, comprendo que estés alterado por lo que pasó, pero no cualquiera puede ser parte de la orden del Fénix, volvió argumentar Harry.

Si ella no puede estar, yo tampoco quiero estar aquí.

Espera Gilbert no te vayas, intervino Siruis. Sujetando a Gilbert por un brazo.

Harry, Gilbert tiene razón. Hellen es parte del Ministerio de Magia y si ella y Gilbert quieren ayudarnos son bienvenidos.

Harry se sintió consternado. Como Siruis se posicionaba en su contra. Como quieran, dijo de mala gana y se retiró de la cocina.

La reunión fue un desastre tal como Harry se lo había imaginado. Solo tenían conjeturas y ninguno tenía una idea a quién o quiénes se enfrentaban. Todos se marcharon con más preguntas que respuestas. En Grimmauld place sólo quedaron Harry, Hermione, Ron, Lupin y Tonks.

Como era de esperarse los periodistas ya estaban al tanto de lo sucedido. Una paloma llegó con un sobre que decía última hora. Harry abrió el sobre y sacó una edición del profeta.

El gran error de Kingsley y su equipo una gran foto de Kingsley, Siruis, Harry y Tonks adornaba el titular.

Si hay un culpable en esta gran tragedia es el Ministro y su equipo "estrella de aurores" Ellos dejaron desprotegido el mundo mágico al quitar a los dementores de Askaban y ahora todos estamos en peligro por tan estúpida decisión.
Como si fuera poco fuentes confiables nos informan que no tienen ni la más mínima idea en dónde se encuentran los fugitivos. Ésto deja en claro la mala labor que realiza el departamento de aurores desde hace varios años.

Harry arrugó la nota con toda su fuerza. ¿Se les olvida que los dementores eran aliados de Voldemort y los mortifagos?

Ya cálmate, dijo Hermione. No hagas caso a la prensa.

No es la primera vez que te odian. Añadió Ron.

Gracias Ron, respondió Harry en tornando los ojos.

Hay algo que me inquieta dijo Lupin en un tono seco que hizo que los presentes lo volvieran a ver.

Dentro de Askaban no se puede usar magia. Cómo hicieron para abrir las celdas.

Harry recordó que efectivamente todas las celdas estaban abiertas. Estaba tan consternado que había olvidado ese detalle.

Solo Kingsley, Siruis y yo podemos dar autorización para levantar el veto de no magia dentro Askaban, respondió Harry con el ceño fruncido.

Luego de las palabras de Harry el silencio reinó en la habitación.

Siempre tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora