10. Maldiciones imperdonables.

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(VIOLET)

Los de cuarto curso de Gryffindor teníamos tantas ganas de asistir a la primera clase de Moody que el jueves, después de comer, llegamos muy temprano e hicimos cola a la puerta del aula cuando la campana aún no había sonado. La única que faltaba era Hermione, que apareció puntual. -Vengo de la...

-... biblioteca -adivinó Ron -Date prisa o nos quedaremos con los peores asientos.

Y nos apresuramos a ocupar tres sillas delante de la mesa del profesor y aguardamos en un silencio poco habitual.

No tardamos en oír el peculiar sonido sordo y seco de los pasos de Moody provenientes del corredor antes de que entrara en el aula, tan extraño y aterrorizador como siempre.
-Ya pueden guardar los libros - gruñó, caminando ruidosamente hacia la mesa y sentándose tras ella -No los necesitaran para nada -Moody sacó una lista, sacudió la cabeza para apartarse la larga mata de pelo gris del rostro, desfigurado y lleno de cicatrices, y comenzó a pronunciar los nombres, recorriendo la lista con su ojo normal mientras el ojo mágico giraba para fijarse en cada estudiante conforme respondía a su nombre. -Bien -dijo cuando el último de la lista hubo contestado «presente» -He recibido carta del profesor Lupin a propósito de esta clase. Parece que ya son bastante diestros en enfrentamientos con criaturas tenebrosas. Han estudiado los boggarts, los gorros rojos, los hinkypunks, los grindylows, los kappas y los hombres lobo, ¿no es eso?

Hubo un murmullo general de asentimiento.

-Pero estan atrasados, muy atrasados, en lo que se refiere a enfrentarse a maldiciones -prosiguió Moody -Así que he venido para preparalos contra lo que unos magos pueden hacerles a otros. Dispongo de un curso para enseñarlos a tratar con las mal...

-¿Por qué, no se va a quedar más? -dejó escapar Ron.

El ojo mágico de Moody giró para mirarlo. Ron se asustó, pero al cabo de un rato Moody sonrió. El resultado de aquel gesto fue que su rostro pareció aún más desfigurado y lleno de cicatrices que nunca. Ron se tranquilizó.

-Supongo que tú eres hijo de Arthur Weasley, ¿no? -dijo Moody -Hace unos días tu padre me sacó de un buen aprieto... Sí, sólo me quedaré este curso. Es un favor que le hago a Dumbledore, un curso y me vuelvo a mi retiro- Soltó una risa estridente -Así que... vamos a ello. Maldiciones. Varían mucho en forma y en gravedad. Según el Ministerio de Magia, yo debería enseñarles las contramaldiciones y dejarlo en eso. No tendrían que aprender cómo son las maldiciones prohibidas hasta que estén en sexto. Se supone que hasta entonces no serán lo bastante mayores para tratar el tema. Pero el profesor Dumbledore tiene mejor opinión de ustedes y piensa que podran resistirlo, y yo creo que, cuanto antes sepan a qué se enfrentan, mejor. ¿Cómo pueden defenderse de algo que no han visto nunca? Un mago que esté a punto de echarles una maldición prohibida no va a avisarles antes. No es probable que se comporte de forma caballerosa. Tienen que estar preparados. Tienen que estar alerta y vigilantes. Y usted, señorita Brown, tiene que guardar eso cuando yo estoy hablando.

Lavender se sobresaltó y se puso colorada. Le había estado mostrando a Parvati por debajo del pupitre su horóscopo completo.

-Así que... ¿alguno de ustedes sabe cuáles son las maldiciones más castigadas por la ley mágica?

Varias manos se levantaron, incluyendo la de Ron, la de Hermione y para mi sorpresa la mía también. 

Moody señaló a Ron, aunque su ojo mágico seguía fijo en Lavender.

-Eh... -dijo Ron, titubeando -mi padre me ha hablado de una. Se llama maldición imperius, o algo parecido.

-Así es -aprobó Moody-. Tu padre la conoce bien. En otro tiempo la maldición imperius le dio al Ministerio muchos problemas -Moody se levantó con cierta dificultad sobre sus disparejos pies, abrió el cajón de la mesa y sacó de él un tarro de cristal. Dentro correteaban tres arañas grandes y negras. Moody metió la mano en el tarro, cogió una de las arañas y se la puso sobre la palma para que todos la pudieran ver. Luego apuntó hacia ella la varita mágica y murmuró entre dientes -¡Imperio!

¿Violet? y el cáliz de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora