23. La segunda prueba y la campeona fantasma.

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(VIOLET)

-Déjame ver si entiendo... ¿Resulta que el señor Criuch estaba husmeando en el castillo a mitad de la noche sin ninguna mala razón y Moody trato de justificarlo?- pregunte tratando de resumir todo lo que Harry nos había contado que había pasado en la noche anterior, mientras practicaba el encantamiento repulsor con el que era tan mala como Neville.

-¿Snape dijo que Moody también había registrado su despacho?- preguntó Ron con los ojos encendidos de interés, mientras repelía uno de los cojines con los que practicabamos -Esto... ¿crees que Moody ha venido a vigilar a Snape además de a Karkarov?

-Bueno, no sé si eso es lo que Dumbledore le pidió hacer, pero desde luego es lo que está haciendo- dijo Harry, moviendo la varita sin prestar mucha atención -Moody dijo que si Dumbledore permitía a Snape quedarse aquí era por darle una segunda oportunidad...

-Harry... ¡a lo mejor Moody cree que fue Snape el que puso tu nombre en el cáliz de fuego!- dijo Ron sorprendido.

-Vamos, Ron- dijo Hermione, escéptica -ya creímos en cierta ocasión que Snape intentaba matar a Harry, y resultó que le estaba salvando la vida, ¿recuerdas?- Mientras hablaba, repelió un cojín, que se fue volando por el aula y aterrizó en la caja a la que se suponía que estabamos apuntando todos -Me da igual lo que diga Moody- siguió Hermione -Dumbledore no es tonto. No se equivocó al confiar en Hagrid y en el profesor Lupin, aunque hay muchos que no les habrían dado trabajo; así que ¿por qué no va a tener razón también con Snape, aunque sea un poco...

-...diabólico?- añadí -por esta vez estoy de lado de Hermione, confió ciegamente en el criterio de Dumbledore y si el confía en el diabólico Snape no veo porque deberíamos creer que el metió el nombre de Harry en el cáliz.

-¿Y por qué se hace el enfermo el señor Crouch?- preguntó a su vez Hermione -Es un poco raro que no pueda venir al baile de Navidad pero que, cuando le apetece, se meta en el castillo en medio de la noche.

-Lo que pasa es que le tienes manía a Crouch por lo de esa elfina, Winky- dijo Ron lanzando un cojín contra la ventana.

-Y tú sólo quieres creer que Snape trama algo- contestó Hermione metiendo el suyo en la caja.

Más tarde en la noche Harry le envió a Sirius una lechuza parda con una carta en la que le explicaba todo lo referente a la incursión del señor Crouch en el despacho de Snape y la conversación entre éste y Moody.

Luego dedicamos toda la atención al problema más apremiante, cómo era que Harry iba a sobrevivir bajo el agua durante una hora el día 24 de febrero.

A Ron le parecía bien la idea de volver a utilizar el encantamiento convocador, Harry le había hablado de las escafandras, y Ron no veía ningún inconveniente a la idea de que Harry llamara una desde la ciudad muggle más próxima. Hermione le echó el plan por los suelos al señalarle que, en el improbable caso de que Harry lograra desenvolverse con ella en el plazo de una hora, lo descalificarían con toda seguridad por quebrantar el Estatuto Internacional del Secreto de los Brujos.

-Por supuesto, la solución ideal sería que te transformaras en un submarino o algo así- comentó ella -¡Si hubiéramos dado ya la transformación humana! Pero no creo que empecemos a verla hasta sexto, y si uno no sabe muy bien cómo es la cosa, el resultado puede ser un desastre...

-Quizás algo que se pueda comer- dije y los tres me miraron, solo me encogí de hombros.

Y así es como nos enfrascamos a otra extenuante búsqueda en la biblioteca pero, a pesar de que los cuatro investigamos durante los mediodías, las noches y los fines de semana, y aunque Harry solicitó a la profesora McGonagall un permiso para usar la Sección Prohibida, y hasta le pidió ayuda a la irritable señora Pince, que tenía aspecto de buitre, no encontramos nada en absoluto que capacitara a Harry para sumergirse una hora en el agua y vivir para contarlo.

¿Violet? y el cáliz de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora