En multimedia: Never Say Never || The FrayNota: Esta canción ya la había usado en otro capítulo, si no me equivoco, en la primera parte de Peligrosa Atracción, pero he querido repetirla, porque dentro del largo repertorio de canciones que he compartido con los capítulos y que fueron mis acompañantes al momento de escribir, hay tres que marcaron casi toda la historia, esta fue una de ellas. Tiene toda la esencia de lo que ha sido BLETH.
*ETHAN*
Me pongo de pie casi enseguida. Ni siquiera me tomo el tiempo de hablar con mis amigos sobre la enorme imprudencia que acaban de cometer. Blair ignoraba completamente nuestros planes. Yo aún no encontraba el momento adecuado para soltárselo, porque sospechaba ya, que no le agradaría nada la idea de marcharnos.
En el fondo tampoco quiero hacerlo, pero sé que es lo debemos hacer. Ciertamente no hemos tenido ningún altercado con nadie, hemos podido pasar unos días realmente libres y sin problemas y se siente jodidamente bien no estar pensando en cómo quitarnos un enemigo de encima; matar, herir, amenazar y hasta secuestrar. El peso que nos hemos quitado de encima es incalculable.
Aún así, no sabemos hasta cuándo dure esta paz momentánea, hemos tenido mucha suerte, que digo mucha, tantísima suerte por la forma en la que finalmente se manejaron las cosas con el grupo organizado de L.A, pero eso, no nos vuelve intocables. Tenemos que salir de aquí y también tenemos que separarnos. Permanecer juntos solo llama más la atención y por mucho que eso me duela, es lo que hay que hacer.
¿Pero cómo se lo explico? ¿Cómo lo hago ver sencillo y no todo un cambio gigantesco?
—Blair... —tanteo el terreno. Está sentada en la orilla de la cama, llorando a mares como si no los fuésemos a ver jamás.
—Dijimos que no más mentiras, ni secretos. ¿Qué es esto, Ethan? ¿Por qué ninguno me había dicho nada?
Camino hasta estar frente a ella, me pongo de rodillas y tomo sus manos, al menos no las aparta, aunque no me mira.
—Amor... mírame —le pido y trato de girar su rostro hacia mí. No pone resistencia y le da hipo, le sonrío tratando de que entienda que nada de lo que los chicos han planeado para sus vidas depende de nosotros—. Son personas adultas que pueden decidir lo que deseen o crean más conveniente para ellos. Lo que has hecho es hermoso, pequeña, solo demuestra que viste en todos nosotros lazos significativos más allá de la sangre y el parentesco. Tu corazón es puro y agradezco al cielo tener la dicha de que me ame, de que me escoja, de que se altere cada vez que me acerco y tome ese ritmo pacífico cada vez que te digo que te amo. Pero no podemos obligarlos a quedarse, tienen miedo. Yo también.
He susurrado cada palabra, no quiero que por ningún motivo crea que estoy discutiendo, obligándola a ella tampoco a irse.
—Sé que son adultos y que no puedo decidir por ellos, pero cuando perdí a Nathan, todos se declararon mis hermanos, dijeron que me protegerían y que podía contar con ellos, que los tendría siempre. Y ahora se van... ¿Cada cuánto nos veremos? Todos harán sus vidas por separado. Me duele. Siento que los pierdo... como a Nat.
—No, no, no, mi amor, no los pierdes, esos desgraciados te quieren muchísimo, mucho más que a mí. Blair, te juro que aunque estemos lo más distantes siempre encontraremos el modo de reunirnos. Hay amistades que prevalecen y son incluso más fuertes y sinceras que aquellos que se ven diario. Ellos cumplirán su promesa. Lo sé.
—Pero... pero... ¿Y tú? No me habías dicho nada, Ethan, yo tengo una vida aquí. Mi trabajo está aquí, mis amigos, bueno, parte de ellos, mis empleados, mi bufete, todo por lo que luché, todo por lo que estudié está aquí. Y lo más importante está aquí, nuestra historia, nuestros recuerdos. Puedo vernos en las calles vestidos de chaquetas negras, en la playa jugando tonterías, cada que paso por las residencias de estudiantes me veo ahí encontrándote, enamorándome.
ESTÁS LEYENDO
Peligrosa Atracción III (Siempre)
RomanceTercera y última parte de la trilogía "Peligrosa Atracción"