Capítulo 23: Te esperaré.

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En multimedia:The Fray Ungodly Hour

~Blair~


Abro los ojos y me siento increíblemente bien. Ya no hay peso sobre mí, ni dolor, ni angustia, tristeza, enojo, rabia, molestia, sufrimiento. Solo habita en mi cuerpo una inmensa sensación de victoria que recorre cada partícula de mi ser. Incluso mis pensamientos son apoderados por una gigantesca paz y tranquilidad. No hay nada más que amor llenándome.

Amor. Cuatro letras que pueden desatar el cielo o el infierno.

—¿Ya estás lista? —la voz que escucho me causa vibraciones eternas. Mis ojos se llenan de lágrimas, no porque esté triste, sino porque estoy tan feliz. Le he extrañado tanto.

Giro con suavidad y lo miro ahí, frente a mí, con su camiseta azul y su short playero, su pelo peinado hacia atrás por completo, lo que me hace ver perfectamente su cara. No puedo evitar sonreír con tantas ganas y necesidad. Unas cuántas lágrimas se me escapan, no he podido evitarlo.

—No llores, enana. ¿Qué te pasa? ¿Tan emocionada estás por ir a la playa?

No hay palabras que puedan salir de mi boca, solo corro a abrazarlo, lo aprieto tan fuerte, tanto, tanto, tanto, tanto, que se queja y aunque me devuelve el abrazo no entiende qué me pasa. Yo sí que lo entiendo, estoy viendo a mi hermano muerto, lo estoy tocando, sintiendo, está aquí.

Y a pesar de que no comprendo nada, no quiero que este momento se acabe, este, en el que me siento completa, como en el pasado, cuando él formaba parte de mi día a día, cuando me regañaba y se comportaba como mi padre, cuando me llamaba "enana" y aún en medio de todo lo que ocurría me sentía inmensamente afortunada por tenerlo. Me hace una falta terrible, me hiere de tantas formas haberlo perdido.

—¡Nathan! —chillo emocionada—, hermano —le digo y le doy un beso en la mejilla—. ¿Pero cómo es esto posible? Dios... ¿Me he muerto? —le pregunto un poco asustada.

—¿Muerto? Blair, ¿segura de que te sientes bien? Joder, que vamos a la playa, te presentaré a mis amigos. Norma tuvo que decírtelo.

—Ha estado rara desde que se despertó, me dijo que tuvo un sueño horrible.

—Anda, vamos, que se nos hace tarde.

Sin entender nada, es hasta este momento que me doy cuenta de que estoy en mi antiguo cuarto de residencia, todas mis cosas están aquí. Norma incluso lleva el mismo bañador que aquella mañana que fuimos a la playa después de la fiesta en la fraternidad.

Miro mi teléfono en la cama y veo la fecha y la hora. Es la misma. ¿Qué demonios está pasando?

Confundida pero al mismo tiempo relajada, en menos de un segundo salimos al aparcamiento y ahí están todos. Mark también, Eleanor. Niego con mi cabeza y sin poder creérmelo corro hacia ella y al igual que con Nathan la abrazo demasiado fuerte y totalmente desesperada. Ella no me responde el abrazo y comprendo que en este... ¿sueño? ¿El cielo? ¿El infierno? Ella no me conoce.

—Lo siento —me disculpo y me tiemblan las manos.

—¡Qué es muy cariñosa, Nat! ¿Le gustan las mujeres? ¿Me estás coqueteando? —bromea y todos se ríen.

—Déjala en paz, hola princesa, soy Kim, la más bonita del grupo, soy como el arte visual —hablan detrás de mí y giro enseguida. Kim está ahí, cuando esto ocurrió ella no formaba parte porque entonces era la... me duele el estómago al recordar lo que Ethan y ella hacían, porque ahora es como mi hermana.

Peligrosa Atracción III (Siempre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora