Baby Shower

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Era realmente sorprendente que Jihoon aún fuese capaz de ir al trabajo sin enojarse, gruñirle o sentirse amenazado por alguien, pues en su primer embarazo, al cuarto mes ya era demasiado hostil con los demás. Por lo contrario de este embarazo, ahora que estaba en su semana veintidós, todo iba en orden, suponían que se debía a que ya sabían cómo era el proceso y a que realmente nadie les hacía daño durante este periodo.

Ya todos en la oficina sabían que el omega del vicepresidente estaba embarazado, no sólo la notoria y enorme panza lo delataba, sino que también era de suponer que tarde o temprano volverían a tener hijos, pues toda la oficina sabía que aquella pareja era demasiado activa sexualmente. Los menos felices de tal acontecimiento eran los tres alfas que estaban bajo el cargo de Jihoon, quienes ahora evitaban a su jefe a toda costa.

Al parecer, desde que Jihoon quedó embarazado, emitía cierto olor que a los alfas les desagradaba, no sólo era el aroma del alfa que lo había reclamado, sino sus hormonas hacían que sus feromonas tomaran cierto cambio, advirtiéndole a los demás alfas que ya no estaba disponible y que estaba procreando. Quizás para los alfas era un poco repulsivo, pero a Seungcheol lo volvía loco y adicto, lo que hacía querer proteger más a su familia.

Seungcheol estaba respondiendo algunos correos en su oficina cuando ese embriagante aroma se hizo presente, miró a la puerta y esperó a que su esposo la atravesara. Se reclinó en su asiento y cruzó sus brazos por detrás de su cabeza, viéndose relajado y contento, aunque sólo estaba así por su esposo, pues cuando no estaba cerca Jihoon, sólo estaba molesto y estresado.

—Hola cariño, ¿qué te trae por aquí?— saludó y se puso de pie para alejar un poco la silla al otro lado de su escritorio y ayudar a su esposo a sentarse.

—La asistente de tu padre dijo que tú estás a cargo mientras él está fuera— comentó al sentarse.

—Así es— dijo y comenzó a masajear los hombros de su esposo.

—Quiero que habilites mi trabajo desde casa— pidió al cerrar los ojos y relajarse por los masajes.

—¿Por qué? ¿Te sientes incómodo? ¿Alguien se ha quejado?

Jihoon negó a cada pregunta —solamente quiero hacerlo, me siento con más ánimos de trabajar cuando me siento protegido por tu aroma y ahora que estoy embarazado, me siento vulnerable fuera de casa, incluso quisiera que Sunhee se quedara conmigo en casa, pero no puedo hacerlo.

—Entiendo...— murmuró pensativo —de acuerdo lo haré, pero la aprobación debe ser firmada por los directivos, así que en dos o tres días estará todo listo para que comiences a trabajar desde la casa.

—Gracias— dijo con un poco de alivio.

—Voy a extrañar tenerte por aquí— dijo el alfa con un puchero que Jihoon no veía, pero que suponía que estaba haciendo.

—Lo sé, también extrañaré tus visitas, y venir a verte.

Los dos hicieron un gesto de tristeza, pero se miraron y se dieron un beso en los labios, pues ambos sabían que al final del día, se verían en casa y disfrutarían de su familia.

Jihoon regresó a su oficina para organizar las cosas, hace tan poco el departamento había entregado un proyecto grande y ya que por ahora no tenían uno nuevo, estaba más libre de trabajo -sin contar lo que se hacía diariamente-. No sabía si sería decisión suya o del director asignar a alguien a cargo dentro de la oficina, quien sería el que le reportaría lo que se hacía en el lugar y quien recibiría los trabajos para enviárselos y viceversa; si él debía decidir quién iba a quedarse a cargo, estaba seguro de que Park Jinyoung era el indicado.

Entre bebés [Jicheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora