Epílogo II

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[Cuatro años después]

Cada día que pasaba, Sunhee se sentía más y más atraída por Haneul, desde aquella ocasión en la que fue consciente de sus feromonas en celo, no pudo sacarse de la cabeza lo lindo que era y su corazón comenzó a agitarse por ello cada vez que pensaba en él. Le alivió saber que nada malo le había pasado y supo que era algo que pasaría periódicamente, en ese momento no comprendió nada, pero cuando en clases comenzaron a darles educación sexual, todo comenzó a encajar.

Al saber que ella era un alfa, no necesitaba clases sobre toda la anatomía de los omegas, lo único que necesitaba saber era lo básico y que debía satisfacerlo en esos ciclos, además de usar protección si no quería terminar embarazando a algún omega, o que debía controlar sus instintos para no marcarlo como suyo en el primer instante.

También le explicaron su anatomía, al ser una mujer alfa, su cuerpo funcionaba de otra manera; para empezar, aunque era mujer con órganos reproductores femeninos, su útero era pequeño debido a que compartía espacio con los testículos -donde se almacenan los espermatozoides-, lo que la hacía menos fértil para quedar en cinta, eso y tomando en cuenta que los alfas por naturaleza son los dominantes, era menos probable que alguien la embarazara. En cuanto a sus órganos externos, poseía una vagina como cualquier mujer, pero cuando se excitaba, un pene crecía hacia el exterior en donde su clítoris se localiza; no fue tan sorpresivo para Sunhee la primera vez que vio su pene, pero si le asombró el tamaño que poseía.

Seungcheol también tuvo una charla con ella, ahora que estaba en la edad de tener su primera rutina, debían asegurarse de que ella estuviese bien informada y que no se asustara cuando un día perdiera la consciencia y veinticuatro horas después despertara con un horrible dolor de cabeza, o si era muy agresiva, con marcas en sus muñecas y tobillos que le dirían que estuvo atada todo ese tiempo.

Hasta el momento su ciclo aún no se presentaba, pronto cumpliría diecisiete y su rutina ni sus luces daba; el doctor les dijo que algunos alfas, tanto hombres como mujeres, presentaban este problema, aunque no era muy común, lo único que debían hacer era inducir su rutina con un omega en celo. Aquello les asustó un poco, temían que su hija se les saliera de control y terminara follando al omega o lastimándolo, pero debían hacerlo si no querían que a la larga presentara problemas de fertilidad o que su rutina fuese irregular y no pudiese tomar control de su ciclo con la edad.

—¿Cómo lo vamos a hacer?— preguntó Jihoon mirando a su esposo.

Seungcheol tomó su mano y dijo —tal vez no necesitamos que sea un omega en celo, con que sea alguien dominante y emita unas cuantas feromonas, estará bien.

—Oíste al doctor, tiene que ser un omega en celo.

—Tengo una idea, pero no creo que le agrade a Seungkwan.

—¿Quieres que Haneul la induzca?

—¿Por qué no? Sunhee está enamorada de él y parece que Haneul de ella, aunque no lo admita.

—No lo sé, ¿y si algo sale mal y terminan...? Bueno, ya sabes.

—Les daremos preservativos y que Haneul use collarín.

—Cheol~— se quejó frunciendo el ceño.

—Bien, no lo haremos.

Hubo un silencio en el que los dos comenzaron a pensar en un mejor plan

—Creo que lo tengo— habló Jihoon —¿qué tal si la llevamos a la habitación de Haneul cuando termine su celo? La habitación estará llena de feromonas de omega en celo, ella comenzará su rutina, podrá satisfacerse en la habitación del amor de su vida y no corremos riesgos.

Entre bebés [Jicheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora