Videollamada

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—¿Me llamaste?—preguntó Seungcheol al entrar a la oficina de su padre.

—Si, toma asiento, necesito hablarte de algunas cosas.

Seungcheol asintió y cerró la puerta detrás de él, llegó al asiento frente al escritorio para sentarse, esperando que su padre le dijera lo que parecía tenerlo tan apresurado.

—Necesito que viajes a Londres con Changhun, un posible cliente se encuentra allá y necesito que cierren una negociación.

—¿Vas a comenzar a vender los productos en Londres?

—No era mi idea, pero nos han contactado desde allá y está la posibilidad de que acepten comprar. Es una tienda departamental bastante popular en Europa, no nos vendría mal comenzar a tener presencia en otros lados del mundo. Así que el trabajo de ustedes es verificar qué tan conveniente nos es aceptar una comercialización con ellos.

—De acuerdo, ¿cuándo quieres que vayamos?

—Mañana temprano. Se reunirán con ellos apenas lleguen, para ver cuál es su idea, y comiencen a trabajar en ello.

—¿Mañana?

—¿Tienes algún problema?

Seungcheol no estaba seguro de si contarle a su padre o no, pero terminó haciéndolo de todas formas —bueno, es que Jihoon podría entrar en celo en estas semanas, y como ya sabes, estamos intentando tener otro hijo. Además va a necesitar de mí, estamos vinculados y ya sabes que es muy malo para un omega pasar un celo sin su alfa.

Sangbyung suspiró sonoramente —hijo, hay prioridades más importantes que tu esposo.

Seungcheol sabía perfectamente eso, se lo había repetido miles de veces cuando terminó la universidad, sólo que en lugar de decir esposo, decía amigos. Asintió sin ganas —está bien, iré, ¿cuánto debo durar?

—Depende de cuánto tiempo les lleve cerrar el negocio.

Una vez más asintió. Estuvo alrededor de una hora en la oficina junto a Changhun, viendo algunos detalles que serían importante para la venta en Londres. Sabía qué tan importante era para su padre que se realizara con éxito la negociación, le abriría más puertas al negocio y seguirían creciendo de manera internacional.

Por la noche llegó a casa con pocos ánimos, pero en cuanto abrió la puerta y Sunhee se abalanzó a sus brazos su energía volvía a crecer. Dejó un sonoro beso en la mejilla de su hija y volvió a dejarla sobre el suelo, para que la pequeña saliera corriendo a la sala, donde estaba Jihoon.

—Hola cariño— dijo aflojando la corbata en su cuello y quitando sus zapatos mientras llegaba hasta el omega. Se acercó a él y dejó un beso sobre su cabeza.

—¿Todo bien?— Jihoon podía intuir que algo le sucedía.

—Mañana tengo que hacer un viaje, y no sé cuánto vaya a tardar.

—¿Un viaje? ¿De qué?

—Hay posibles clientes en Londres y mi padre quiere que vaya a convencerlos de firmar contrato.

—¡Oh eso es genial!

—Pero pronto vas a necesitarme.

—¿Y qué? Esto es más importante, tu padre te da la confianza de que vayas a cerrar un negocio tan importante, ¿no crees que lo mío puede esperar?

—Si estoy fuera ¿cómo te las arreglarás?

Jihoon sonrió —me las arreglaré, lo hice solo por mucho tiempo antes de que te conociera.

Entre bebés [Jicheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora