Aroma a alfa

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—¿Quieres ver películas?

A Sunhee le brillaron los ojos en cuanto escuchó aquello —¡si!— salió corriendo hacia la sala, pero se detuvo y regresó en cuanto escuchó nuevamente la voz de su papá.

—Pero no ahí, vamos a la habitación— sonrió y extendió la mano para que la pequeña la tomara.

Ambos subieron las escaleras después de asegurarse que toda la casa estuviese bien cerrada y dejando una nota para el alfa, Sunhee estaba muy emocionada, volverían a ver nuevamente aquella película animada que tanto amó, si fuese por ella, seguramente la verían cada día al menos unas tres veces.

Jihoon colocó la película en la televisión, encendió el aire acondicionado y al acostarse en la cama arrastró a Sunhee desde el otro extremo hasta donde estaba él para envolverla en sus brazos. Reían juntos con ciertas escenas, aunque a veces la pequeña exageraba su risa y eso hacía reír a un más al omega.

Seungcheol llegó a las ocho y media a la casa, extrañado de que todo en la parte de abajo estuviese apagado, encontró una pequeña nota sobre la mesa, contenía uno de los característicos dibujos de la pequeña y un mensaje de Jihoon diciéndole que si tenía hambre había comida en el horno para calentar.

Abrió la puerta del refrigerador y encontró uno de los chocolates de Sunhee, tal vez no se daría cuenta de que le faltaba uno, así que lo tomó y comenzó a comerlo mientras calentaba su comida. Pensó que ambos habían salido de casa y por eso le dejaron la nota, así que se tomó el tiempo para cenar y revisar algunos correos en su celular. Al terminar subió las escaleras, tomaría una ducha y esperaría a sus dos pequeños cuando regresaran, pero al abrir la puerta de su habitación, se encontró con una dulce escena: Jihoon estaba abrazando a Sunhee mientras veían la pantalla de la televisión.

Al entrar a la habitación, Sunhee se lanzó a recibirlo parándose al pie de la cama —¡papi! Estamos viendo películas, ven entra a la cama.

Seungcheol fue rápido en llegar hasta ella y abrazarla, quería evitar que se cayera por lo brusco que fueron sus movimientos —bien, me cambiaré la ropa y me meteré con ustedes— el alfa arrugó la frente y su nariz dándose cuenta de algo —¿por qué hueles demasiado a mi?

La pequeña miró hacía su ropa y olfateó la parte de su cuello, sintiendo ligeramente el perfume característico de su papá —es porque papi Hoon me envolvió con tu sábana— apuntó hacia atrás.

Ambos vieron a Jihoon con una enorme sonrisa, llevaba ropa del alfa, detrás de su espalda estaba la almohada del alfa, y por supuesto, estaba envuelto con la sábana del alfa. Seungcheol tomó de la mano a Sunhee y la hizo caminar sobre la cama para que pudieran llegar hasta el omega; se acercó a su esposo y lo olfateó.

—Tú también hueles mucho a mi— dejó un pequeño beso sobre su frente.

—Deberías apresurarte y entrar a la cama para que sigamos oliendo a ti.

Seungcheol sonrió y soltó la mano de su hija para dar la vuelta e ir por su ropa de dormir antes de meterse a la cama. Jihoon abrazó al alfa en cuanto se recostó y Sunhee quedó en medio de los dos, llenándose también de las feromonas del alfa.

Al cabo de una hora, la película terminó y Sunhee ya se había quedado dormida, Seungcheol quiso levantarse de la cama y llevarla a su habitación, pero Jihoon se lo impidió, abrazando más a la pequeña y quedándose profundamente dormido. Sonrió y dejó un beso en la frente de los dos deseándoles dulces sueños.

Para el fin de semana decidieron ir al cine, hace unos días había estrenado una película animada que llamó mucho la atención de Sunhee y SeungCheol pensó que sería buena idea que fueran todos juntos a verla. Sunhee estaba muy emocionada, no sólo porque verían una película fuera de casa, sino porque Vernon y SeungKwan irían también con sus hijos, lo que significaba más diversión para la pequeña.

Entre bebés [Jicheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora