En la oficina

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SeungCheol prestaba atención a las palabras de su empleado, era importante lo estaba diciéndole, pero de un momento a otro se desconcentro por un peculiar aroma. Sonrió y bajó la cabeza no pudiéndolo creer.

—¿Todo bien, señor Choi?

—Si, todo bien— levantó la cabeza mirando a su empleado— Gracias Jaehyun, puedes regresar a tu lugar, modifica lo que te he dicho y luego veremos el resto.

El chico asintió y salió de oficina, topándose con un omega agitando. Se hizo a un lado antes de ser tocado, sabía bien que cuando el esposo de su jefe tenía esa cara era mejor no tocarlo.

—Te huelo desde kilómetros, ¿lo sabes?— dijo después de ver a Jihoon cerrando la puerta con seguro —¿tomaste las pastillas?

—¿Crees que si hubiera tomado las pastillas estaría aquí?— Seungcheol negó ante aquello con una sonrisa —bájate los pantalones.

—Sabes que no debemos.

—Lo sé, lo sé... ¿Lo haces tu o lo hago yo?

Seungcheol rió por lo ansioso que estaba su omega, se levantó de su asiento y se bajó los pantalones junto a su ropa interior; de uno de sus cajones sacó un paquete de condones, poniéndoselo al regresar a su lugar. Jihoon hizo lo mismo con su ropa al caminar hacia atrás del escritorio, para finalmente sentarse sobre el pene de su alfa, dándole la espalda.

Ambos gimieron ante ese pequeño movimiento. Sin esperar más, Jihoon comenzó a subir y bajar por la extensión de manera apresurada, tenía cosas que hacer y mientras más pronto Seungcheol lograra calmar su celo, más pronto regresaría a su trabajo.

—¿Quieres... aah~ conseguir las pastillas por mi?.

—Bien, le diré a alguien que las compre... Agh~ Me encanta como te mueves— el alfa no hacía más que mirar el trasero de Jihoon y su pene perdiéndose en su interior.

Aah~ sii~ me encanta... ah~— Jihoon se derramó haciendo que los chorros calientes salieran disparados al piso.

Seungcheol sonrió, amaba lo sensible que se ponía Jihoon durante su celo. Tomó de las caderas de su esposo para hacer que se levantara, un leve empujón y Jihoon quedó recostado sobre la mesa con su mejilla sobre los papeles y gimiendo más alto por las fuertes y certeras estocadas de Seungcheol.

Ambos estaban conscientes de las fuertes feromonas que estaban emitiendo, y que seguramente tenían en la entrada de la oficina a más de un alfa joven ansioso con el aroma a sexo que estaba recorriendo todo el piso. Pero no les importaba.

Seungcheol hizo que Jihoon sacara una de sus piernas de su ropa que se encontraba atorada en sus tobillos, para levantar la pierna y ponerla sobre el escritorio, logrando llegar más profundo en su interior.

—Jihoon... Jihoon...— más que gemidos, trataba de hacer que su omega bajara el volumen de sus gemidos.

—No me lo pidas... aah~ ah ah... me encanta sii...

Tanto Seungcheol como Jihoon estaban al borde de su orgasmo -por segunda ocasión para el omega-. Seungcheol apresuró el ritmo, logrando a anudarlo antes de que el omega se derramara, soltando un gruñido ronco, seguido del nombre de su esposo. Tomó del cuerpo de Jihoon y volvió hacer que quedaran sentados en su silla, para continuar masturbándolo y hacerlo correrse.

Los dos respiraban pesadamente, tratando de normalizar sus respiraciones. Jihoon tenía su cabeza acomodada sobre el hombro del alfa, logrando inhalar esas fuertes y embriagantes feromonas que tanto amaba. Se sentía contento y sabía que no necesitaría de más en un largo rato.

Entre bebés [Jicheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora