Días libres; día tres

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La casa estaba muy silenciosa, lo único que se oía en la mesa del comedor eran las bocas masticando la comida y los cubiertos siendo arrastrados en el plato para cortar los pancakes, chillando ligeramente al chocar con el plato. Seungcheol miraba aquellos ojitos profundos, grandes y llenos de curiosidad de su pequeña hija, mientras disfrutaba de su desayuno; al mirar a su lado izquierdo, y topar su mirada con Jihoon, ambos sonrieron.

—Esto es extraño— murmuró el alfa.

—¿Porque sólo nos estamos mirando?— preguntó Sunhee con curiosidad.

SeungCheol sonrió y asintió —siempre tienes algo que decir, ¿por qué no estás hablando?

—Porque los pancakes de papi Hoon son ¡demasiado ricos!— expresó con alegría llevando otro trozo cubierto con miel a su boca —papi Honnie hace los mejores pancakes— dijo con la boca llena, dificultando que sus padres entendieran su frase.

—¿Y qué hay de mi receta secreta?— preguntó SeungCheol con un puchero en sus labios.

—No tienes una receta secreta— acusó la pequeña apuntándolo con su tenedor, su ceño se había fruncido —la abuela los prepara exactamente igual que tú.

—Es porque la receta viene de familia— guiñó un ojo.

—¿Y por qué papi Hoon también los prepara igual?

—Porque yo le pase la receta secreta, también es parte de la familia.

La niña se cruzó de brazos pensando detenidamente en las palabras de SeungCheol. Jihoon no pudo evitar reír a carcajadas, adoraba lo tierna que se veía su pequeña y lo muy contento que se veía el alfa por su receta "secreta" que no era un secreto para nadie.

Con un día quedando del calor del omega, ambos se miraron cómplices en cuanto salieron de la casa, era hora de llevar a Sunhee a la escuela y le prometieron que la recogerían al final de sus actividades por ser un día viernes; eso les dejaba como tres horas para poder hacer lo único que les interesaba en esos tres días.

Sunhee arrugó la nariz, con la intención de estornudar, pero al final pasó su dedo por debajo, haciendo que el estornudo se esfumara. Ambos vieron la tierna carita de la pequeña y la ayudaron a bajar del auto, estaba muy contenta porque Jihoon le prometió que irían al zoológico en cuanto Seungcheol regresara de su viaje de negocios, sabía que entre semana no era posible, así que esperó con ansias a que el sábado llegara y por fin sólo faltaba un día para eso.

Con un poco de prisa regresaron a la casa. Jihoon estaba contento del permiso que le concedió Sangbyung al alfa de faltar a la oficina el resto de la semana, sabía lo que estaban planeando y con su mente imaginando su casa llena de niños, accedió a que su hijo se tomara la labor de preñar al omega. Tomó del pequeño control que tenían para abrir la cochera, usualmente sólo lo usaban para guardar el coche por las noches, pero tenía una loca fantasía que quería cumplir desde hace un tiempo.

—¿Para qué abres la cochera?

—Sólo mete el auto y no preguntes.

Seungcheol lo miró de reojo, pero accedió a cumplir la petición del omega, en cuanto se terminó de abrir la puerta eléctrica, el alfa se estacionó en el interior con tranquilidad. Nuevamente Jihoon apretó uno de los botones del control y ambos miraron a través del espejo retrovisor cómo se bajaba con lentitud. Jihoon hizo para atrás el asiento y se movió hasta quedar encima del alfa.

Entre bebés [Jicheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora