Inesperado

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Jihoon se volvió un poco loco al planear la fiesta de Sunhee, el restaurante infantil donde querían hacer la fiesta, ya estaba reservada para el día que el omega quería. Seungcheol le dijo que podían hacerlo en otro lugar o en otra fecha, pero Jihoon se negaba, tal vez eran las hormonas del embarazo, o el natural carácter del omega, pero fuera lo que sea, Seungcheol no lo haría cambiar de opinión.

Al final resultó que uno de los empleados del restaurante confundió las fechas de uno de los cumpleaños al apartar el lugar, así que Jihoon fue llamado un par de días después con la noticia. Levantó una ceja y sonrió orgulloso de perseverar con ese restaurante, aunque en realidad se había puesto muy furioso y había amenazado con dar una mala imagen al lugar, por eso el gerente se empeñó en buscar alguna solución, encontrando -casualmente- la más adecuada.

Sunhee estaba demasiado emocionada con su fiesta, habló de ella durante todo el mes hasta que finalmente llegó el día. Seungkwan ayudó demasiado en el evento, no sólo en las compras para las decoraciones que el negocio no brindaba, sino para que hubiera orden con los niños y fuesen bien cuidados.

La fiesta de cumpleaños de Sunhee fue todo un éxito para los niños pero muy agotador para sus padres, sobre todo para el omega. Reservaron el área de juegos para los niños en el restaurante favorito de la pequeña, donde estuvieron corriendo y divirtiéndose todo el día, comieron hamburguesas, hubo un delicioso pastel de crema de chocolate con un decorado de princesas, también rompieron una gran piñata y a todos les tocó dulces aunque no hubieran recogido de la piñata.

Sunhee fue quien más disfrutó de todo y SeungCheol y Jihoon no podían estar más feliz por eso. Gracias a la compañía de Vernon y Seungkwan y algunos padres que decidieron quedarse, el día fue menos agotador cuidando a casi quince niños, Sunhee invitó a toda su clase y la mayoría de ellos fueron y claro que no podían faltar Hyunjin y Haneul, ellos eran como sus hermanos, y nunca hacían falta en las reuniones y ocasiones especiales.

Creyeron que cuidarlos sería fácil, sólo los vigilarían para que ninguno se lastimara, o comenzaran peleas, lo que si fue fácil antes de que la comida llegara. En cuanto Jihoon dijo "a comer" todos los niños llegaron en una estampida, pidiéndole a Jihoon ayuda para algunas cosas, como abrir el sobrecito de salsa de tomate o a desenvolver la hamburguesa de su envoltura, e incluso para acompañarlos a servirse más de sus bebidas.

La cosa se complicó a la hora de romper la piñata, algunos niños pelearon por dulces, y Sunhee fue una de ellos, logrando obtener la mayor cantidad de dulces, aunque SeungCheol le había dicho que no agarrará demasiados dulces, igual terminó ignorando las palabras de su padre. No hubo ningún herido, lo que confirmó el éxito de la fiesta para Jihoon, todos se fueron con las manos llenas de dulces y unas enormes sonrisas en sus rostros, así que estuvo bastante bien todo, pero no era algo que volverían hacer, definitivamente.

Un par de días después de la fiesta, Seungcheol y Jihoon pidieron el día para acudir a la clínica y asegurarse de que todo iba en orden con el pequeño que crecía en el interior del omega. Estaban un poco nerviosos, era su segunda visita y la doctora les había recalcado lo importante que era hacer visitas seguidas para que todo estuviese en orden, no porque hayan tenido un embarazo exitoso, significaba que sería igual en este caso.

Una enfermera llamó a la pareja para que fuesen atendidos por la doctora, se tomaron de las manos y entraron con tranquilidad al consultorio. La doctora sonrió y los saludó amablemente, con esa gran sonrisa que la caracterizaba.

—¿Cómo te has sentido Jihoon?— preguntó en lo que abría el expediente de Jihoon en la computadora.

—Supongo que bien, las náuseas y los vómitos son un poco más frecuentes, pero me he sentido bien.

Entre bebés [Jicheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora