Capítulo 18

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Luego de aquella civilizada conversación, parecía que no había motivo para permanecer entre esas cuatro paredes, los guiones disponibles para dicho acto habían sido perfectamente recitados.

O eso pensaron, hasta que vieron a Frank aparecer nuevamente tras la puerta de vidrio de la sala.

—Espero no haber interrumpido algo.—Ingresa, cauteloso, lejos de querer comentarlo para incomodarlos. Todo lo contrario.

—No te preocupes.—Harry hace una leve insinuación de sonrisa.

—Bien, no pienso quitarles mucho de su valioso tiempo.—Indirectamente le habla a Louis, quien tiene un aspecto que grita por sí solo la falta de descanso.—Solo les quería comentar que oficialmente la agenda de la actual temporada de Catalyst fue completada.

Acota la frase señalando una especie de planificador digital en su Tablet, tapizado de líneas que se encargaron de marcar como realizadas todas las actividades que habían estado haciendo los modelos durante la últimas semanas. Efectivamente, carente de espacios en blanco.

—Eso quiere decir que...

—Sí, Louis, puedes volver a Los Ángeles.—Lo interrumpe, desconociendo que eso no era lo que quería decir realmente el ojiazul.—En tres meses aproximadamente se da inicio a la siguiente tanda, y tal como se estipuló en su contrato son libres de Catalyst hasta ese entonces, totalmente disponibles para sus respectivas marcas.

En cuanto a contenido la noticia es simple, catalogable como una buena por lo demás. Prácticamente les están declarando el inicio de unas vacaciones, con trabajo incluido probablemente, pero dotados de muchas más libertades al ser exentos del exigente horario de la colaboración que ambos firmaron hace meses.

¿Pero por qué sienten un sabor tan amargo de pronto?

—¿Alguna pregunta?—Pregunta el mayor.

Es inexplicable la mezcla de sentimientos que vivencian ambos, no hay nada en concreto, incluso pueden hasta carecer de sentido un par de ideas que pasan fugaces por sus mentes. Pero si hay algo que no es tan difícil entender, es el hecho de que ambos se acostumbraron al otro en ese tiempo trabajando juntos.

Se extrañarán estando lejos.

—No, todo claro.—Casi de milagro, Harry logra articular con éxito.

Ante un asentimiento, Frank finalmente abandona el lugar luego de estrechar sus manos, como si hubiese leído la situación lo suficientemente bien como para querer escapar de esta.

Por su lado, los modelos salen de la oficina sin cruzar palabra alguna, llegando al elevador y apretando los botones de forma casi inconsciente. Es imposible determinar si el fenómeno del silencio que se está dando es porque los dos están demasiado ocupados en lo que sucede en su cabeza o bien no saben qué decir al haber comprendido que les pasó lo mismo ante la noticia.

Por su parte, Harry había olvidado completamente el hecho de que el castaño no vivía en Londres.

Y Louis, Louis siempre lo tuvo presente, pero no le tomó el peso a la rapidez del tiempo. Incluso siente haberlo desperdiciado.

Finalmente el elevador se detiene en el nivel subterráneo, el cual tiene el poblado estacionamiento del edificio, obligándolos a salir de su pequeño escape mental que los atrajo a ignorar la presencia del otro. Y como parece ser la tendencia del día, el rizado es el primero en reaccionar.

—¿Irás a algún lado ahora?

El ojiazul despega la vista de sus zapatillas y lo mira por primera vez en ese rato, cayendo en cuenta de algo que no había tenido la posibilidad de pensar. Liam lo había traído a la ocasión, lo cual significa que no está su propio auto a su disposición.

GUCCI & ADIDAS | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora